Ámame, ni siquiera te conozco, pero te amo.
Nowhere, ShakersUna nueva vibra está en mi cuerpo, esta vez siento que tengo la ventaja, que yo soy el que manda y no el asustado. Esta vez yo tengo el poder, aunque ella no me lo haya otorgado.
—¿No me dirás nada? —farfulla con mi mano entrelazada a la suya.
—¿Qué quieres que te diga, Amberly? —contesto a la defensiva.
—Por qué te cambiaste de escuela o ahora tu amiguita vive contigo.
—Creí que dijiste que nos dejarías en paz —digo perdiendo la paciencia y soltándome de su agarre.
—Yo nunca dije eso, de hecho, te advertí que vendrían cosas peores. Claro que tú sólo escuchas lo quieres escuchar.
Una mujer sale del consultorio antes de que nos adentremos y nos deja la sala lista para que Amber se recueste. Su panza ha crecido mucho desde la última vez, parece un balón de futbol pequeño escondido entre ropa fina y a la moda.
La doctora pasa el gel por la barriga de Amber y de vez en cuando revisa la pantalla con la ecografía a su lado. La verdad es que la blanca habitación y el silencio perpetuo me provocan ansiedad.
—¿Están listos para saber el sexo del bebé? —pregunta la joven muchacha mostrando sus dientes.
—Por supuesto —expresa mi novia entusiasmada.
Asiento con la cabeza para que se apresure, mis manos comienzan a tiritar al pensar en todo esto.
—¡Será varón! —esclarece radiante— Serán padres de un adorable niño.
—Justo lo que quería —conviene Amber mirándome enternecida.
Un sentimiento agradable a los sentidos se extiende por mi cuerpo. Cada vez falta menos para que lo conozca y pueda comprobar si realmente yo soy el padre.
***
—¡Sorpresa!
Un babyshower sorpresa. Qué bonito.
Maldita sea, no es bonito. Es decir, aprecio el gesto, entiendo que esto les costó y lo hacen con las mejores intenciones. Pero un sutil dolorcito se aloja en mi corazón sabiendo que con quien estoy compartiendo esta celebración es con Amberly Fisher y no con Tatiana.
Les respondemos a nuestros amigos con sonrisas y muecas de asombro. Hay guirnaldas decorando mi casa, algunos globos e imágenes tiernas de bebés hechas como manualidades. También veo que en una mesa reposan los souvenires y en otra varios juegos. De verdad se esmeraron.
—Oye. ¡Dani, ven! —aclama la pelinegra sonriendo. Sus labios resaltan como cada vez que utiliza el labial rojo y su vestido casual pero oscuro le da ese toque rudo que ella adora.
—¿Qué pasó? —cuestiono relajado.
Una suave música comienza a sonar de fondo mientras Ambi se dedica a saludar y agradecer a cada uno de los presentes.
—Quiero presentarte a alguien —me mira destilando complicidad y de detrás saca al chico de ojos claros que vi la otra vez—. Daniel, él es Ilay Sallow; mi novio. Ilay, él es Daniel; mi mejor amigo.
—Un gusto —formula él primero ofreciéndome su mano. Su buena postura en conjunto con su altura me intimidan un poco.
Sin embargo, muestro confianza estrechándola.
—Lo mismo digo —imito su sonrisa y asiento.
Ilay vuelve a su charla con unas chicas que están de espaldas a mí y no logro reconocer. Apenas deja de oír nuestra conversación me atrevo a acercarme a la oreja de mi amiga para cuestionarla.
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Hasta que llegó Amberly
Teen Fiction"Eres un hijo de puta por ilusionarla" "¿Para qué la besabas si no la querías a tu lado?" "La lastimaste por puro capricho" "Se suponía que era tu mejor amiga, te tendrían que importar sus sentimientos"; acusaban las filosas lenguas que se enteraban...