Imágenes que se pueden escuchar.
Volví :) Pueden lamentarse sobre las muertes en este párrafo.
Ahora que ya pueden seguir leyendo mientras que se preguntan por qué toda esta maldad del final, les vengo a contar una noticia más feliz. Nació Elián Lisboa Fisher y con esto un haz de positivismo, sin importar lo que pasó después. Y por eso él se merece una historia propia.
Si están listos para ver lo que creó Daniel y Amberly, necesitan leer "El lujo de amar", disponible desde ya el primer capítulo. Pueden tomarlo como una secuela, pero tengan en cuenta que su co-protagonista viene de otra historia también.
Prepárense para las lágrimas, risas, explosiones de ternura y maldiciones al viento porque estos inocentes adolescentes van a derribar sus emociones. Si no les convence, les dejo la sinopsis:
Anoche pensé en él. Recordé las palabras que me dedicó alguna vez "Tú eres todo lo que necesito para estar bien" "Eres mi familia" "Nunca te dejaré". Recordé las caricias, incluso su mirada.
Me acuerdo a la perfección cómo nos conocimos: en aquel triste y frío orfanato donde lo ayudé a reinventarse. Entonces llegaron las lágrimas a mi cuerpo, pero sólo porque pensé en las risas, los juegos y esos bellos atardeceres de nuestros paseos sin rumbo.
Quizá no lo teníamos todo, pasábamos por muchas necesidades. La comida, los abrigos y el dinero escaseaban, pero teníamos amor por demás.
Lo único que nos reconfortaba era que nos teníamos el uno al otro sin importar qué y siempre sería así.
O eso creí.
No puedo dejar de martirizarme con la cuestión: ¿cómo es que no noté las señales antes?
Supongo que sus promesas nunca fueron sinceras.
Espero verlos allí comentando que Elián es su tercer mejor novio (el primero es Daniel y el segundo Mike, obviamente). Los amoooo, besitos de cuarentena.
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Hasta que llegó Amberly
Teen Fiction"Eres un hijo de puta por ilusionarla" "¿Para qué la besabas si no la querías a tu lado?" "La lastimaste por puro capricho" "Se suponía que era tu mejor amiga, te tendrían que importar sus sentimientos"; acusaban las filosas lenguas que se enteraban...