Capítulo 38 | ¿Qué es vivir?

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«Por favor, déjame ser la promesa que mantienes. Ofrezco mi alma por algo real. Un sacrificio para sentir»

Please, Saro

Mi sonrisa es tan fingida como el sentimiento de diversión. No lo puedo evitar, aquel susurro de "no confíes en nadie" está en mi cabeza junto con una alerta constante de peligro.

Hoy es el último día de clases y tener que ver a Natalia me produce un extraño rechazo que nunca experimenté hacia su persona (ni siquiera cuando me fue infiel con Mike). Tati es una mezcla entre tristeza y enojo por la que todos sus amigos preguntan. Nadie dice nada, nadie más que nosotros sabe nada.

—Oye, Tati, ¿me prestas esos bolígrafos con brillos que tú tienes? —le pregunta Nats posándose delante de nuestro pupitre— Mike y yo le estamos haciendo una caricatura a la profesora para regalársela.

Detalles estúpidos; muy de esa pareja.

—Tómalos —le lanza la cartuchera contra su pecho sin poder ocultar su mirada fría y expresión disgustada.

Ella la observa con perspicacia y luego me mira a mí.

—Dani, ven —demanda con un tinte amable que no me trago.

La obedezco poniendo la mejor cara que puedo en este momento. Mirar su rostro me recuerda todas esas ocasiones que le hablé y, me imagino, le contó todo con lujo de detalles a Amberly. Dios, ¿es que no tiene corazón? ¿Cómo es que aquella niñita inocente a la que le enseñé lo que era un beso ahora sólo busca hacerme daño?

Me guía hasta el último banco y me indica que me siente entre ella y su novio. Julie y Facundo también voltean para ser parte del chisme.

—¿Qué le ocurre? ¿Le hiciste algo?

Un "¿Te importa?" se queda atorada a la mitad de mi garganta. En cambio, carraspeo y formo una mueca de resignación.

—No le hice nada. Creo que le llegó el período —uso como excusa porque ella misma me lo permitió—. Ustedes deben saber mejor que yo cómo eso le afecta.

—¿Estás seguro? Ella suele llorar más que enojarse —refuta Julie con una mueca dubitativa.

—O tal vez se trate de su novio. Digamos que no tiene la mejor elección en chicos, así que es posible que se haya encargado de conseguirse al más mujeriego de la ciudad, otra vez —opina Facundo comenzando a conjeturar teorías.

Lo peor es que es verdad.

—No, todo funciona bien con Ilay —susurra Nats con la vista perdida en su distanciada amiga—. Es algo más, algo que le duele. No es hormonal.

—Así actúa cuando se siente vulnerable —apoya Mike asintiendo. Posa dos dedos sobre su barbilla como si lo pensara cuidadosamente—. Cuando ella entrenaba conmigo su furia era más visible cuando estaba al borde del llanto.

Entonces me pregunto; ¿será que Mike es Amberlista? La reina del club es su hermana y una fiel seguidora su novia, ¿por qué él no fue nombrado por Bianca?

—¿Eso quiere decir que está triste? ¿Por qué? —indaga Facundo haciendo sus rizos rebotar.

—No lo sé, pero lo averiguaré —suelta mi ex con una determinación escalofriante.

Se levanta de su asiento para tomar el que antes estaba yo. Se oye un suave "¿quieres hablar?" desde mi lugar. Permanezco expectante a sus movimientos hasta que noto las fosas nasales de Tati abriéndose como un toro expulsando aire.

Me levanto y voy con ellas para apaciguar el ambiente. Ella está intentando controlarse, pero no sé hasta cuánto pueda aguantar.

—Chicas, ¿qué tal si...? —pero mi pregunta se pierde ante el impacto y las exclamaciones ajenas.

Hasta que llegó AmberlyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora