«Quiero probar el amor y el dolor, quiero sentir orgullo y vergüenza. No quiero tomarme mi tiempo. No quiero desperdiciar una vida. Quiero vivir mejores días»
Could have been me, The Struts
Mi filosofía olvidada siempre ha sido "Es mejor que te arrepientas por las cosas que hiciste, que por la que jamás te atreviste a hacer". Y si esta es una de esas ocasiones, entonces saborearé gustoso el sabor a arrepentimiento en mi paladar como si fuera el chocolate más exquisito.
No desperdiciaré esta oportunidad por gritos en mi mente que intentan derribarme, simplemente los latidos de mi corazón los acallarán. No me importa qué puede salir mal para este punto, ya estoy cansado de preguntarme cuántas cosas traerán sufrimiento a mi futuro cuando en el presente puedo tener todo lo que deseo y más.
Amberly no es Natalia. Debo fijarme eso en la memoria para dejar de titubear. Las cosas no terminarán igual por el hecho de que no terminarán. No voy a cometer un error al decirlo en voz alta.
Pensarlo no lo vuelve más fácil. Pero intentarlo sí lo vuelve más real.
—¡Daniel Lisboa! —exclama el presentador y el público comienza a gritar con desesperación.
Elías, mi mánager, en el verano se ha encargado de organizar conciertos a beneficencia. He ido a decenas de ellos por el país, pero este es el último a causa de que la escuela me da menos tiempo para asistir.
La verdad el dinero lo veo innecesario para la actualidad, mis padres me mantienen y todo lo que gano con mi música está en el banco. Tengo 15 años, ¿para qué querría millones de billetes ahora? Prefiero ayudar para que el hospital público de la ciudad tenga más recursos.
Al salir al escenario todo mi cuerpo se recarga con energía renovadora que quema en mi pecho de una manera deliciosa. El viento me golpea y las personas parecen romper mis tímpanos, sin embargo, es hermoso. El escenario es mi lugar, se siente como si no hubiera límite alguno. Allí me atrevo a todo.
El concierto transcurre de igual forma que todos los demás; canto las mismas canciones, paso mis manos por el público y recibo con una sonrisa las cosas que me lanzan, entre ellas flores, peluches y ropa interior femenina. El final es lo que marcará una diferencia.
Una rubia me observa desde la primera fila con una sonrisa abarcando sus labios rosados. Le extiendo mi mano derecha y la ayudo a subir al escenario. Ambos nos colocamos al frente y sus ojos me hipnotizan.
—Amberly Fisher —digo en el micrófono y tomo su mano.
—¿Sí?
Siento cierta duda en sus facciones, como si la comisura de su labio tiritara o parpadeara con más prisa. Sé que esto es demasiado público, pero la conozco y esto es lo que anhela.
—¿Quieres ser mi novia?
Mis manos tiemblan mientras sostengo el micrófono frente a su boca y espero ansioso su respuesta. Me siento como nunca antes, tengo miedo, aunque la adrenalina se esparce por mi pecho obligándome a continuar.
—Sí, quiero serlo —contesta viendo a los fans y la euforia que se desata debajo de nuestros pies. Voltea a verme y besa mi mejilla tiernamente.
Había olvidado por completo esa sensación de satisfacción que tienes cuando alguien acepta tu propuesta. Es como si estuvieras a punto de morir, pero sabes que no podrías estar más vivo. Todo se acomoda en el mundo y los problemas lucen tan diminutos como una hormiga.
A partir de hoy viviré, me arriesgaré y si en algún punto me derribo, lo haré solo, no arrastraré a nadie conmigo. Ella no se merece que sufra por mi culpa. Mientras tanto, disfrutaré cada pequeño logro. Este es uno de ellos.
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Hasta que llegó Amberly
Novela Juvenil"Eres un hijo de puta por ilusionarla" "¿Para qué la besabas si no la querías a tu lado?" "La lastimaste por puro capricho" "Se suponía que era tu mejor amiga, te tendrían que importar sus sentimientos"; acusaban las filosas lenguas que se enteraban...