«Sé que nunca llegamos a ser "algo", pero siempre pienso en esa posibilidad. ¿Qué hubiera pasado si hubiéramos continuado?»
Escape my mind, Grace VanderWaalLa presión que siento a cada segundo se torna desesperante. Estoy más paranoico de lo habitual. Tal vez es la locura quien está aguardando uno solo de mis deslices para poder arrancarme de mi propio cuerpo.
El constante sonido de las agujas del reloj retumba en mi cabeza hasta lograr martirizarme. ¿Cuánto tiempo me queda?
Quizá Bianca tiene razón y lo único que me queda es un trágico final. La incertidumbre de cuándo será ese final es lo que termina por moverme. Vamos, el positivismo está en alguna parte de mí, siendo agraviado por cada vocecita que se merece ser escuchada. Por eso hoy estoy aquí, buscando respuestas y la justicia que deseo que exista.
—Nos volvemos a ver, querido Daniel —expresa Amanda con una sonrisa cínica. El cabello corto y castaño no le sienta tan bien como ella cree y sus ojos, marrones y aburridos, se llenan de un sentimiento insidioso.
Sé lo mal que me porté con Amanda en el pasado, pero también conozco cómo se comportó ella después de ello. Le pediría perdón si no fuera porque sus crímenes pesan más que los míos.
—Ahorrémonos todo esto de los saludos. ¿Puedes decirme qué es lo que te une a mi novia? —pido con una postura intimidante, esa que es difícil de mantener.
Luego de lo que Tatiana me confesó en su estado de ebriedad, continué leyendo el archivo de mi hermana con los ojos bien abiertos. Busqué en cada página hasta dar con el nombre de Amanda. Y lo encontré.
No es un secreto que Amanda es de las peores víboras que hay en el planeta. Ella se contonea de un lado para otro, se oculta detrás de una piel escamosa y cuando menos lo esperas... ¡Zas! El veneno ha sido inyectado directo a tu yugular. Entonces, ¿qué hacía esa serpiente hablando con Amberly; "el carisma en persona"? Había algo que no encajaba.
¿De dónde se conocían? ¿Por qué estaban juntas?
Y me atreví a espiar su conversación. Amber necesitaba un favor, Amanda quería una venganza. Se unieron para ir en contra de alguien que, a mi vista, es inocente. Fueron en contra de Tatiana Castillo.
—Hablas de Amberly Fisher —afirma en un chasqueo de lengua. Está intentando lucir despreocupada e indiferente, sin embargo, esto le importa. Se remueve en la silla de la cafetería en la que la cité y parece pensarlo unos segundos—. La verdad me cae bastante bien. Un muy buen cambio considerando que Natalia es tu ex.
—Tú también eres mi ex —replico sagaz.
—Bien, pues no sé qué quieres que te diga, Daniel.
—Háblame acerca de la trampa que le colocaron a Tatiana en el cumpleaños de Julieta.
Amber descubrió que Daniel y Tati se han estado besando últimamente, me lo comentó un par de veces, aunque decidí no entrometerme. Ahora se lo estaba contando a Amanda, se aliaron para dejar en ridículo a ambos. La incógnita es: ¿por qué?
—Amberly no tuvo nada que ver en eso. No me quites el mérito, por favor —responde con elegancia, estando orgullosa de su hazaña. Bebe su café, sin quitarme la mirada.
—Así que la encubres. Estás de su lado, eso me queda claro —la acuso sin perder el tiempo. Me levanto de mi silla y tomo la chaqueta.
Quienes están bajo el control de la rubia harían lo que sea para que ella salga ilesa. Ya sea porque lo ordena o porque la ven como una reina que apuesta por el bien común. Yo encajo en el primer grupo.
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Hasta que llegó Amberly
Teen Fiction"Eres un hijo de puta por ilusionarla" "¿Para qué la besabas si no la querías a tu lado?" "La lastimaste por puro capricho" "Se suponía que era tu mejor amiga, te tendrían que importar sus sentimientos"; acusaban las filosas lenguas que se enteraban...