Capítulo 16 | Provocaciones y castigos

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AHHHH Me acabo de dar cuenta que llegamos a 1k de lecturas, los amooo. Gracias por leer cada estupidez que se me cruza por la mente. 

«Algunas mentiras están hechas para ser dichas, las promesas están hechas para romperse. Cariño, nuestra historia no está para ser contada. Estarás mejor por tu cuenta. Adelante, sácatelo del pecho. Tienes sentimientos que no quieres tener»

«Sé que dije que deberíamos pisar el freno, pero nunca he querido ser así. Y apenas puedes mirarme a la cara. Y los dos tenemos miedo de decirlo, pero no creo que volvamos a ser los mismos»

Y prácticamente toda la canción porque encaja perfecto con la trama.

R.I.P, Olivia O'brien ft. Drew Love y G-Eazy 

Yo la amo, odio fingir que no.

Los ojos de Tatiana se cristalizan al no recibir la respuesta que ansiaba. Ella deseaba que la hiciera regresar y le dijese que todavía, después de todo, me moría por uno de sus besos. Es cierto, pero no puedo arriesgarme a que todo se vaya al carajo por ceder a mis deseos.

Tati retrocede en la cama hasta sentarse de tal manera que sus rodillas le tapan el rostro. Yo permanezco quieto, paralizado en un esfuerzo máximo por contenerme. Bajo la mirada y aprieto mis manos cuando oigo con claridad que un sollozo se escapa de sus labios.

Me armo de autocontrol para voltear a verla sin sentir la necesidad de confesarle la verdad.

—Es que no lo entiendo —musita con un hilo de voz balbuceante. Quita una lágrima con su palma y me observa—. ¿Qué ocurrió con el antiguo tú? ¿Qué nos pasó a nosotros? Todo iba tan bien y luego... —se ahoga con su saliva y debe tragar para continuar— ¿Qué pasó contigo, Daniel?

—Tengo novia, Tatiana. Eso es lo que pasó —contesto en un tono bajo y cuidadoso. Me siento cohibido, con miedo a que una respuesta la lastime a ella o provoque a Amberly.

Estoy condenado a censurar cada palabra que le dé indicios de que yo no cambié, sino que me obligaron a cambiar.

—¿Por qué no me lo dijiste desde un principio? Hubieras hecho todo tan sencillo para ambos...

A lo largo de los primeros meses que estaba "conquistando a Amber" muchos me hicieron la misma pregunta y es que no tenía sentido en lo absoluto. ¿Por qué jugaba con Tatiana si finalmente me quedaría con su enemiga? Natalia, Facundo, Julieta e incluso Mike me cuestionaron cosas semejantes hasta el cansancio para una simple respuesta que aseguraba que no lo sabía.

Pero ese "no lo sé" escondía detrás decenas de secretos que me veía incapaz de nombrar.

Quisiera decir que me arrepiento de lo que hice al ver las lágrimas de mi mejor amiga desperdiciadas sobre sus sonrojadas mejillas. Para ser sincero, no puedo arrepentirme de los buenos momentos. Si yo hubiera frenado nuestra relación mucho antes y dejado en claro que iba a irme con la rubia que detesta, estaría eliminando cientos de recuerdos que, sé, ella disfrutó.

La vez que fuimos a los videojuegos quería esclarecer todo lo que pasaba detrás, ella me preguntó si seguía enamorado de Natalia y yo estaba a punto de decirle que no, que la quería a ella y a nadie más. Pero si dejaba lugar para dudas, no sabía qué es lo que podía pasar. Por eso le dije algo tan intrincado como el discurso que se me ocurrió, porque no sabía cómo hacer para hablar entre líneas y que pudiera comprenderme.

Y así seguí durante unas semanas, en la muestra en la que nos vestimos en pareja, las vacaciones, la playa y minutos antes de invitar a salir a Amber. Eran verdades a medias, roces en los que mis dedos se deleitaban o besos que comunicaban cientos de cosas que yo no podía expresar. ¿Acaso podía perderme todo eso?

Hasta que llegó AmberlyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora