Capítulo 29 | Pero no te asustes

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«Cuando estemos cara a cara con el peligro y ojos enfadados nos miren, toma mi mano y no la dejes ir ahora. Encontraremos nuestra salida»

Our Way Out, Nico Collins 

Suelen decir que el mundo está equilibrado, que por cada buena noticia una mala también se presenta.

No tengo ni la menor duda de que eso es cierto.

—¿Qué hacen todos aquí? —murmura Tatiana desde la camilla del hospital. Mike, Natalia, Julie y Facu se abalanzan en un abrazo grupal un tanto incómodo. Los ojos de ella notan mi presencia y tras quitarse a todos sus amigos de encima tapa su rostro avergonzado con las sábanas— No me miren, no tengo maquillaje.

Y me sigue pareciendo hermosa al igual que el sonido de su voz. Sonrío y hago fuerza para quitar las sábanas blancas y depositar un beso en su mejilla roja.

—Estoy feliz de que hayas despertado —le susurro realmente agradecido.

Ignoro las miradas cómplices e insinuantes que se desatan detrás mío por esa pequeña escena.

Una suave sonrisa de sus labios desnudos hace que todo valga la pena. Además, aunque sus irises sean marrones y comunes, los había extrañado sobre mi cuerpo.

—¿Cómo estás? —pregunta Nats con seriedad.

—Pues me duele... ¡todo! Pero al parecer estoy entera —reprime una mueca de lástima—. El doctor dijo que estaré un tiempo en observación y si todo va bien podré regresar a mi casa.

—Nos tenías a todos preocupados —comenta Julie tocando su pecho con dramatismo.

—Sí, pero ya ven que todo fue bien.

—¿Sabes quién fue el hijo de puta que te atropelló? ¿Recuerdas algo del accidente? —inquiere Facu indignado, sus rulos rubios se mueven con las palabras.

Ella forma una expresión pensativa entornando los ojos.

Me mantengo colgando en la intriga. Si fue Amber necesito saberlo por sus labios, si ella la vio podríamos ir en contra de ella, armar un juicio o qué sé yo.

—La verdad no. Fue todo muy rápido —musita perdida en sus vagos recuerdos—. Estaba cruzando la calle, les juro que no vi nada y de la nada sentí un golpe y aquí estoy. Eso es todo.

—Bueno, eso no es importante ahora. ¡Lo importante es que despertaste!

Natalia tan animada como siempre. Supongo que esa es una de las cualidades que más me agrada de su personalidad, pocas veces la he visto quebrarse ante los demás.

—Oye, ¿es cierto que cuando estás en coma tienes sueños locos o escuchas lo que está a tu alrededor? —eso no podría salir de otra boca que no fuera la de Julie.

—Mmm... Tengo la sensación de que sí oí voces, aunque no sé qué decían. Y si soñé algo no lo recuerdo.

—¿Podías reconocer las voces?

—Sí, por la tonada. Escuché las de mis padres, la del doctor con la calva que brilla más que mi futuro —ríe por la forma de referirse a él que tiene— y algunas más.

Ese "algunas más" me incluye a mí, lo interpreto por su rápida mirada. Sonrío con la cabeza gacha, como si acabaran de descubrir una buena travesura mía.

—¿Ningún sueño?

—No, Julie, no soñé con nada —responde con deje cansino.

—Ya, tal vez deberíamos darle un respiro, acaba de despertar. Dejémosla un rato sola —propone Nats infundiendo tranquilidad.

Hasta que llegó AmberlyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora