Jesus Oviedo.
15 de Abril, Sábado. 21.15.
°
Ella niega rotundamente, intenta empujarme por el pecho pero la agarro de las manos.
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-Mi casa no, usted está acostumbrado a grandes lujos y no voy a hacerle entrar ahí. -dice preocupada.
-Me gusta la sencillez, a mi usted me encanta por eso mismo, me cansé de esas chicas que llevan brillos hasta en las bragas, a mi me gusta usted, sencilla, que con sus bragas del día a día se ve tan sexy como con una de lencería. -murmuro.
-Señor... -sonrie.
-Vamos a pasar el rato, entre besos, risas y sexo. -la beso.
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Entramos en su portal, subimos hasta su casa, abre la puerta y me sorprendo.
Un sofa minusculo, una pequeña cocina con una minuscula nevera y no tiene televisión ¿tan mal le va económicamente?
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-A sido mala idea traerle aquí, mejor marchese. -susurra.
-Señorita, estoy bien. -digo tirando de su chaqueta hacia mi.
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Le beso los labios con suavidad, ella toma mi nuca y me siento en el sofá son ella sobre mis piernas a horcajadas.
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-No tengo mucho que ofrecerle. -dice muy avergonzada.
-Deme el sobre. -digo serio.
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Me lo da, saco mi cartera y le meto tros cien euros más, ella niega y los saca.
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-No me de dinero, no le he hecho subir para dar pena. -insiste.
-Quiero darle dinero, no le va a faltar de nada. -dice serio.
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Agarro su cuello besandola, quito su chaqueta dejando ver su camiseta sin brasier debajo haciendo notar su erectos pezones.
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-Provocarte esto. -sonrio pellizcandole los pezones.
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Gime, sonrio y quito su camiseta. Acerca sus manos a mi camisa, me mira y la desbrocha para después deslizar sus manos por mi definido abdomen.
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-Señor... -muerde su labio.
-Digame señorita Petterson. -mi voz ronca le hace sonreir.
-¿Podría dejarme jugar con usted? Ya sabe. -presiona mi entrepierna mientras pasa su lengua por los labios.
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Me besa, ella se acerca a mi oido susurrando que la siga y eso hago ¿por qué me siento tan bien a su lado?
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Para pasar el rato
FanfictionUna hermosa mujer sencilla, trabajadora y muy luchadora llega a los brazos de un hombre que tan sólo la quiere por pasar un rato de placer, ese hombre es su jefe. Se entregan el uno al otro llegando a unos sentimientos que jamás pensaron que tendría...