Para pasar el rato

Capítulo 53

Gabrielle Patterson.
18 de Julio, Lunes. 9.30.
°
Me levanto bostezando, me arrastro hasta el baño lavandome el rostro y aseandome. Le preparo el biberón a la pequeña antes que se despierte y de repente escucho un llanto.
Me acerco cogiéndola, le quito la camisetita del pijama por la calor y ella bosteza con su pequeña boquita.
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-Mamá. -alarga sus brazos.
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La cojo verticalmente abrazandola y haciendo que me abrace, le doy el biberón y la visto. Me pongo una ropa sencilla ya que no voy a trabajar, la pongo en el carrito y camino hasta la sede con el sonido de su risa y el juguete que tiene.
10.10
Llego a la puerta, cojo a la bebé y pone su puñito para llamar a la puerta.
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-Muy bien, princesa. -susurro.
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Tras su "adelante" entramos provocándole una gran sonrisa, Jesús coje a su hija y sonrie haciendole conquillas.
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-La niña de papá. -le hace pedorretas.
-Papá. -dice costosamente.
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Lo miro sorprendida, él se rie y me mira una vez estoy sentada frente a él, deja a la bebé en su carrito y coje aire.
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-Te he conseguido un piso, totalmente nuevo, para ti, para mi y la bebé, obviamente temporal. -me informa.
-No puedo pagar eso, cariño. -bajo la cabeza.
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Se agacha mirándome a los ojos, sonrie debesa jodida manera que sabe los nervios que provoca en mi y lo empujo levemente riendo.
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-Todo corre de mi ¿si? -alza una ceja.
-Tengo que trabajar, mi amor, no voy a ser una mantenida. -protesto.
-Cuando aprendas todo lo que necesitas y tengas una carrera como mereces te meteré en algún lado cerquita de mi. -susurra.
-¿Me vas a poner un profesor? -me ilusiono.
-Un profesor para que enseñe a mi pequeña a todo. -dice sonriendo.
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Me engancho a su cuello, lo beso con suavidad y me mira riendo.
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-Me mudaré contigo. -asegura.
-No cariño, tú esposa... -pone sus dedos en mis labios.
-Mi esposa nada, yo no voy a vivir con ella pero me mantendré casado hasta que la bebé elija quien es su madre. -dice con miedo.
-Cariño, estamos juntos en esto ¿si? -beso su mano.
-Afirma, en el caso que te pregunten, que tenemos una relación pero de amistad, no digas por ahora cuanto te amo. -advierte.
-¿Y si me ven con la bebé? -pregunto.
-Siempre la cuidas, no hables más allá, inventan muy rápido. -susurra.
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Me besa, acaricia mi mejilla y sonrie.
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-¿Me vas por un café? -susurra.
-Claro mi amor. -le beso.
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Camino hacia la zona de cafetería, unas mujeres están tomando un café hablando entre ellas hasta que entro yo. Alzan la cabeza y siguen mis pasos hasta la máquina del café, una de ella se me acerca y le sonrio falsamente.
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-¿Ya no trabaja aquí? -pregunta.
-Me han echado. -respondo.
-¿Tan tranquila lo dice? -me observa.
-Sí. -agarro una cucharilla.
-Eres la amante del señor, todos lo sabemos. -ataca otra.
-Soy muy buena amiga suya. -la contradigo.
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Todas se ríen, agarro el café dejandolo sobre una mesita para coger el azúcar.
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-¿Acaso teneis envidia? Vosotras, creyendo que sois más que yo, arrastrandoos detrás de él y ver como un limpiadora ha conseguido ser su amiga, debe joder. -me rio de ellas.