Jesus Oviedo.
18 de Octubre, Viernes. 21.00
°
Sale del baño con un pijama bien abrigado agarrada de la manita con Nicolle. La bebé corre hacia mi, la cojo mientras Gabrielle se queda parada, mirando al suelo y algo avergonzada.
~
-Duerme. -susurro.
-Duermo en el sofá. -asegura.
-Ni loco, duerme en la cama, yo en el sofá. -insisto.
-No, es tu casa. -insiste.
~
Dejo a la bebé en el suelo para poder agarrar su rostro y hacer que me mire fijamente.
~
-Duerme tú, lo necesitas más que yo. -acaricio sus labios.
-Es tú casa, no pienso dormir en tu cama. -susurra.
-Llevo desde que te fuiste sin dormir más de tres horas seguidas, no importa donde duerma, estoy ecostumbrado a no dormir. -explico.
-No pienso dejar que duermas en el sofá. -protesta.
-Porfavor. -alzo la ceja.
~
Me mira, suspira y cede.
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-Ve a la cama, te tomaré la temperatura. -digo.
~
Agarro el termómetro mientras ella, seguida de nuestra pequeña, camina hacia la cama. Entro viendo como está sentada con la espalda sobre el cabecero y la bebe sobre sus piernas abrazandola.
~
-¿Puedo ponertelo? -pregunto.Asiente, le pongo el termómetro y tras cinco minutos acierto en mis sospechas: arde en fiebre.
~
-Estás ardiendo en fiebre, hablaré con un medico amigo mio para venga aquí y te mire, no quiero que salgas con esta temperatura. -explico.
~
Me mira, baja la cabeza y, suspirando, dispongo a irme dejandola tranquila pero agarra mi brazo.
~
-Gracias, después de tanto tiempo sigues estando ahí. -susurra.
-Siempre estuve. -murmuro.
-Quiero que seas feliz. -su voz me llena el alma.
-Quedate, así seré eternamente feliz. -susurra.
°
9.00
Bebo de mi café bostezando, me giro para agarrar el mando de la televisión y veo una carta bajo la puerta. Me acerco viendo un "importante" escrito en el sobre, lo agarro viendo que viene del juzgado y un rallo de luz hace que sonría al leer fecha, hora y lugar del juicio para mi divorcio con Pilar, pero ¿Gabrielle estará conmigo para esta fecha?
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Para pasar el rato
FanfictionUna hermosa mujer sencilla, trabajadora y muy luchadora llega a los brazos de un hombre que tan sólo la quiere por pasar un rato de placer, ese hombre es su jefe. Se entregan el uno al otro llegando a unos sentimientos que jamás pensaron que tendría...