Capítulo 24

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Jesus Oviedo.
19 de Abril, Miercoles. 9.30.
°
Miro el informe del mes pasado, observo a mi alrededor y froto mis ojos.
Llaman a la puerta y me pongo en pie muy serio al verla entrar tímidamente. Cierra la puerta y niego rotundamente al verla con el uniforme.
~
-Ve al hotel, ya. -digo serio.
-Tengo que trabajar, Jesús. -se defiende.
-Tienes anemia Gabrielle, tienes que reposar y comer bien. -me preocupo.
-Allí me aburro, aqui al menos te veo. -me ablanda.
~
Muerdo mi labio, tiro de su brazo y la estrecho contra mi pecho.
~
-Nena, entiende que debes descansar. -agarro su rostro.
-Necesito trabajar, sabes que necesito el dinero y no me pagan los días sin trabajar. -dice seria.
-Sabes que te los voy a pagar, muñeca. -toco sus labios.
-No sería justo, me estas tratando mejor. -dice preocupada.
-Es un secreto. -la beso.
~
Me suena el teléfono de la oficina y suspiro apartandome de ella.
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-¿Qué ocurre? -pregunto.
-Su mujer dice que quiere su despacho y el trabajo. -comenta desconcertada.
-Joder. -murmuro. -Digale que pase. -digo frio.
~
Ella me mira, beso sus labios con suavidad y sonrie. Llama a la puerta, pasa sin mi aviso y mira con inferioridad a Gabrielle.
~
-¿Qué hace esta aqui? -pregunta.
-Tratala con respeto. -digo serio.
-Nose que hace aqui, es muy inferior a ti, cielo. -toca mi barbita rasgada.
-Es humana como nosotros. -digo frio.
-Acabamos de hablar sobre mi ausencia otro día, señor. -dice con la voz rota.
~
Sale de ahi y miro a mi mujer con desprecio.
°
Gabrielle Patterson.
Entro en el cuarto de limpieza, miro a mi alrededor y cierro la puerta rompiendo en llanto, tiene razon, soy inferior a él y no merezco ser tratada como me trata. Abren la puerta y entra este minusculo cuarto sin avisar, pegándome a su musculoso cuerpo, clavada bajo sus oscuros ojos ¿qué estoy sintiendo?

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