Capítulo 94

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Jesus Oviedo.
18 de Octubre, Viernes. 20.30
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La ayudo a caminar hacia la puerta de casa mientras ella, débil, tirita. Meto la llave en la cerradura y abro haciendo que Nicolle se ponga de pie para caminar hacia nosotros.
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-¿Mami? -pregunta asustada.
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Ella aparta su rostro de mi pecho, Nicolle se tapa su boquita sorprendida y Gabrielle llora.
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-Gordita, que grande estás. -llora.
-¡Mami! -corre a ella.
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Gabrielle se arrodilla en el suelo fundiéndose en un abrazo con su hija, acaricia su cabeza y ambas rien.
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-Mami, estás sucia. -dice preocupada.
-Lo sé cariño. -susurra.
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Me pongo en cuclillas junto a ellas y Gabrielle me mira aun débil.
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-Come algo y date una ducha. -digo dulce.
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Sonrie, asiente y toca su cabeza dolorida.
Le paso una manta por los hombros, ella sonrie dulce y una vez Daniel le pone el plato sobre la mesa lo devora en cuestión de minutos.
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-¿Quieres más? -toco su mano.
-Sí. -se avergüenza.
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Sirvo más, ella baja la cabeza y se la alzo sonriendo.
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-¿Hace cuánto no comes? -pregunto.
-Días, creo que cinco. -murmura.
-¿Y una ducha? -pregunto.
-Uf, ducha. -dice suspirando.
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Beso su mejilla, sonrie comiendo y una vez acaba me mira aun avergonzada.
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-Ven, tienes la bañera preparada. -digo dulce.
-No tengo ropa, Jesus. -se preocupa.
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La dejo dentro del baño cerrandole la puerta, salgo al salón riendo y saltando como un niño pequeño haciendo que Daniel me abrace.
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-A mantenerla en casa hermano, cuidala. -advierte.
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Se marcha, Nicolle corre hacia mi y la cojo sonriendo por primera vez en meses.
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-¡A vuelto! -grita.
-Corre, ve con ella al baño. -digo riendo.
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Gabrille Patterson.
Cierro los ojos, el agua muy turbia por mi suciedad hace que vuelva a tener mi cuerpo limpio, miro a mi alrededor y suspiro. No puedo venir de la calle a complicarle la vida, después de la tormenta volveré a la calle.
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-Mami. -entra en el baño.
-Gordita. -me enrollo en una toalla.
-Quiero estar con mi mamá. -la cojo.
-Cuanto te quiero. -me abraza.
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Sonrio, ella me besa la mejilla y me observa preocupada.
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-¿Te vas a ir? -su preocupación me asusta.
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Bajo la cabeza, ella me abraza y niega rotundamente.
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-Mami se queda con papi y conmigo. -asegura.
-Cariño... -sonrio.
-Papi solo llora sin ti. -susurra.

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