Para pasar el rato

Capítulo 64

Jesus Oviedo.
20 de Septiembre, Viernes. 12.00
°
Consigo irme mucho antes del trabajo, con ganas de pasar el fin de semana con mis mujeres para preparar el cumple de Gabrille.
De solo pensar que y casi hace un año que vi a esa pequeña por primera vez, un año que me sentí el hombre más feliz, afortunado y dichoso del mundo, porque mi bebé cambió mi manera de ver el mundo y a raíz de todo esto mi vida cobró el sentido que mis padres se llevaron al morir. Una vida que se resume en esfuerzo, porque siempre luché contra todos para seguir adelante en este mundo lleno de infelices.
Y es cierto, no era un hombre fiel, no era dulce más allá de mi bebé y sí, fui un mentiroso desde el primer "te quiero" a aquella bruja que es mi esposa pero todo, quiera o no, va enlazo a la felicidad. Esa felicidad que encontré tras chocar con la limpiadora pelirroja que acabé follandome en mi despacho, y justo eso es mi felicidad: mi pequeñita y mi pelirroja.
°
12.30
Entro en casa, la pequeña gatea emocionada hasta mi y la cojo en brazos riendo.
~
-¿Y la niña más bonita? -le hago pedorretas al cogerla.
-¡Papi! -se rie.
~
La cojo caminando hacia la clase de Gabrielle, entreabro la puerta viendo como observa fijamente a mi mujer mientras ella escribe algo sobre el papel.
~
-¿Se puede? -pregunto serio.
-Cariño. -sonrie ella.
-Debo hablar con usted al finalizar la clase. -miro al profesor.
~
Él asiente, decido salir de ahí y mi bebé estornuda.
~
-Te vas a tomar la pastillita. -digo sacando su medicina.
-No. -protesta.
-Te tienes que poner buena. -lleno un vaso de agua.
~
Ella se apoya en mi pecho negando, rio y tras mover el medicamento en el agua se lo bebe poco a poco.
~
-Eres una campeona bebé. -beso su mejilla.
~
La pongo en el andador y juega por el salón mientras yo chequeo cosas del trabajo en mi portátil aún pendiente al ruido que hagan ellos en la habitación, no me fio de ese tio.
°
13.30
Salen de la habitación, ella me besa con suavidad y el hombre se mantiene recto mirandome.
~
-Venga a mi despacho. -le digo.
~
Ella me mira preocupada, beso su mejilla y susurro cuanto la amo.
~
-Usted dirá. -dice serio.
-Seré directo porque me está cansado y no soy un hombre con paciencia ¿pretende tener algo con mi chica? -pregunto totalmente furioso.