12 || Reza ||

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Tic

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Tic... toc...

Tic... toc...

El sonido del reloj hace que me inquiete.

Tic... toc...

Moloch Ball, el hermano de Dios, quiere el poder de estas tierras y de las almas que habitaban en ellas.

Yo soy un blanco fácil.

Tic... toc...

Un escalofrío me obliga a volver a cambiar de postura en la cama, dormir con mamá ya no es una opción pues ese lugar lo ocupa la prima  Ágata.

Levantarme de la cama y encender la luz sería lo más normal, quizás de esa forma podría conciliar el sueño, más estoy en una de esas fases de terror que no puedo ni siquiera moverme, ni siquiera gritar.

Acurrucada bajo la manta, notando como unos ojos están fijamente sobre mí tras esta, al borde de mi cama, mi pulso se descontrola mientras un sudor frío baja de mi frente.

¿Será Moloch? ¿Será la sombra de la farola? ¿Quién está atormentando mi noche?

Aprieto el crucifijo que me ha regalado Gabriel, parece como si una pequeña luz emanase de él, otorgándome una mínima sensación tranquilizadora.

La farola apagada del exterior se enciende, alumbrando con su luz parte de mi habitación, puedo ver entonces como evidentemente, una sombra se encuentra tras la manta.

No parece muy grande, o tal vez está de rodillas, a los pies de mi cama, el miedo está apunto de matarme, no puedo cerrar los ojos y hacer como que no está ahí hasta que salga el sol, tampoco puedo aguantar mucho más tiempo aquella agonía.

—Lu...—Tartamudeo.—Ga.. Jo..Joshu...Mi...

Quiero llamar a alguno de ellos, estoy segura de que esos ángeles, brujos, demonios o lo que fuesen aquellos cuatro hermanos, podrían sacar a esta cosa de aquí.

¿Pero cómo llamarles? ¿Cómo pedir ayuda en esta situación?

''Reza''.

Saco el tomo que me ha regalado Uriel, lo tengo debajo de la almohada por si ocurre algún caso de emergencia, si alguien me hubiese contado esto hace unos meses atrás, me habría reído sin creerlo.

Yo en mi desesperación, acudiendo a la religión.

Insólito.

Abro el tomo por una página cualquiera, a penas veo las letras estaba oscuro. Apreté mis ojos notando incluso cierto ardor en las pupilas por el sobre esfuerzo de leer en la penumbra.

Oh Poderoso Príncipe de la Hueste Celestial San Miguel Arcángel

Defiéndeme en la batalla y en el terrible combate que estoy librando contra los espíritus del mal

Ángel Caído✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora