Gabriel, aniñado, dulce y encantador.
Joshua, sereno, inteligente y místico.
Miguel, fuerte, varonil y romántico.
Lucifer, atractivo, galán y... Peligroso.
Cuatro misteriosos chicos, que estarán dispuestos a todo, por poseer el alma de la mujer que...
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El corazón se me va a salir del pecho, mis pies son arrastrados por esa bestia a la que odio con toda mi alma, no quiero que me toque, no quiero estar cerca de él siquiera.
Subimos al ascensor a lo que sigo forcejeando, él disfruta cada uno de mis intentos de huida, riéndose a carcajadas.
Un bofetón en la cara consigue que me de un golpe contra el cristal, teniendo que quedarme quieta varios segundos hasta recobrar la respiración.
Lucifer pega muy fuerte.
Pero yo no me rindo.
—¡Te odio!—Le chillo, tirándome encima de él para atacarle como sea, con uñas y dientes, quiero arrancarle la piel, despedazarlo, quiero verle arder en el infierno.
Y cuanto más lucho contra él, más fuerte es mi ira, como si un sentimiento de rabia hubiese llevado oculto en el interior de mi corazón durante muchísimos años, y ahora, estuviese liberándose.
Más que odio, ira, rabia, es asco, es rencor, es... no tengo palabras para describir toda la negatividad que fluye en mi interior cuando le tengo de frente, cuando me toca, cuando escucho su voz.
Sus dedos agarran mi cabello, tirando de mi hacia el exterior, estamos en la planta menos uno, en la absoluta oscuridad.
El rostro del ángel lamentándose desaparece de mis ojos, la puerta está abierta y ese foso pestilente ahora nos rodea.
—¡Sácame de aquí!—Imploro y él suelta una carcajada.
—Esto va a ser lo último que vas a ver, jodida puta, mi plan va a culminar esta misma noche, se acabó fingir ser bueno, Lucifer, hoy, alcanzará su poder.
—¡¿Qué coño piensas hacer?!
—¿Ahora? Follarte.
—¿Y si viene Miguel? ¿Y si grito tanto que todos acuden a ver que pasa? Te vas a meter en la mierda, hijo de puta.
—Es precisamente lo que deseo, Sara, ¿crees que eres la única que me interesa? Oh... no te des tanta importancia.— Su risa es muy pretenciosa.—Uriel está de mi parte , me he encargado de manipularle durante todos estos años, tú, vas a provocar una pelea entre él y Miguel, en la que también se involucrará María, por supuesto, y sabrá Dios si los inútiles de Gabriel y Joshua, al final, todos estarán tan malheridos que podré absorberlos sin ningún problema y por fin.—Sus ojos se tornan oscuros.— Arrebataré a Moloch el infierno.
—Estás muy loco.—Retrocedo, ¿así que esa era la verdadera de sus intenciones?— Dios te condenará si haces algo así, Lucifer, no se puede... el código...
—¿El código de hermanos? Ya no cuenta para mí, Sara, he renunciado a mis votos, de la misma forma que Uriel, el cielo jamás volverá a abrir sus puertas para mi y lo que me espera es tan solo el infierno, justo lo que quiero.
