34 || Festival Parte 3||

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Siento la tardanza en actualizar, el miércoles habrá maratón tal y como prometí.

¿Os está  gustando? =) 

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—Vamos, ¿tienes miedo?—Me reta, señalando con diversión hacia una atracción llamada ''la casa del terror''

—¿Miedo? ¿Yo? Le corté la cabeza a un muerto viviente, ¿recuerdas?

—Sí, y estabas aterrada.—Me hace un puchero poniendo cara de pena, le suelto un codazo a lo que se ríe, tirando de mi mano para apretarme contra su pecho. —Ese escote...

—¿Demasiado para el príncipe de guerra?

—Todo hombre tiene su punto débil.

—¿Y el tuyo son un par de tetas?

Rueda los ojos.

—Eres tú, pecadora infernal.

Escuchar eso hace que me sonroje, a lo que nos quedamos en silencio.

—Bueno, ¿te apetece?—Vuelve a insistir, sonríe como un niño y a eso no puedo negarme. Miguel es serio, frío, de apariencia insensible y calculadora, pero cuando muestra tener sentimientos, es malditamente irresistible.

—Sí, vamos.—Asiento con entusiasmo, creo que me reiré mucho, no puede haber nada ahí dentro que me asuste, si he enfrentado monstruos y fantasmas, ¿qué susto me puede causar un tío disfrazado?

Voy a demostrarle a Miguel que soy más valiente de lo que piensa.


Nos ponemos a la cola, un grupo de chicas le observa entre cuchicheos y sonrisas tontas, después me miran directamente a mi, como si fuese la peste y pudiese contagiarlas de algo.

''Menuda zorra'' Escucho que dicen, a lo que me siento mal y rápidamente cubro mi escote con la camisa de Miguel.

—Ni hablar.—Dice él, apartando la camisa de mi figura.—A la que le pique, que se rasque.—Me guiña un ojo, la fila comienza a moverse y caminamos tras las chicas, que siguen buscando algún tipo de contacto visual con él, Miguel sin embargo tiene la vista perdida en la gente que baila en la plaza.

—Si quieres podemos pasar de esto e ir ya a bailar.— Comento.

—Tranquila, tenemos toda la noche, simplemente estoy comprobando que mis hermanos no se meten en líos.

—Cuando dices hermanos te refieres a...

—A que Lucifer no haga de las suyas.

Suspiro.

—No eres su padre, deberías disfrutar, si se mete en líos es su problema.

—No Sara, el problema no es suyo, el problema es de las almas inocentes, los inocentes siempre pagan sus fechorías, y es mi deber protegerles, por algo soy el...

Ángel Caído✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora