Gabriel, aniñado, dulce y encantador.
Joshua, sereno, inteligente y místico.
Miguel, fuerte, varonil y romántico.
Lucifer, atractivo, galán y... Peligroso.
Cuatro misteriosos chicos, que estarán dispuestos a todo, por poseer el alma de la mujer que...
Este capítulo está escrito un poco a las prisas y no he tenido tiempo de corregirlo, quiero pedir perdón de antemano por si encontráis errores, un abrazo y gracias por leer, espero que os guste.
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Tengo una sensación agridulce.
Libertad por un lado.
Adiós a la maldición que Eva me ha sometido con los cuatro hermanos.
Pero a su vez, ahora Lucier tiene manga ancha para hacer conmigo lo que le plazca sin que los otros hermanos puedan meter sus narices.
¿Me dejará Miguel de lado?
No importa, yo voy a vencer a ese ridículo demonio, aun así tenga que recurrir a los medios que sean necesarios, soy una mujer fuerte.
Estamos al fin en la última clase, la que llevo esperando todo el día.
Miguel aparece con su caminar militar, tiene un porte que impone respeto.
De nuevo, le debo demasiado.
—Hoy no vamos a dar materia nueva, aprovechad la hora para estudiar y hacer deberes atrasados.
¿Qué?
Me mira y disimula una mueca de agrado.
Lo ha hecho por mi.
Niego llevándome un mechón de pelo tras la oreja, empiezo a hacer la tarea que dejé sin terminar.
Madeleine levanta su mano.
—¿Sí, Madi?
¿Madi? ¡¿Madi?!
Osea, a mi me llama víbora, bestia maligna, y a ella...¿Madi?
Nunca he sentido celos en mi maldita vida pero lo que estoy notando ahora mismo es algo muy nuevo y creo que está cerca.
—¿Y qué hacemos los alumnos que si somos responsables y tenemos todo al día, profesor?
¿Por qué su voz me suena más zorra de lo normal?
Me irrita tan solo escucharla.
—Eres un gran ejemplo a seguir, Madi.—Le sonríe, a mi no me sonríe así. —Adelanta cualquier materia que desees.
—Gracias, profesor.
—¡JODER!—Chillo ante el susto que me llevo cuando por mi fuerza bruta rompo el lápiz por la mitad, me he cargado la hoja.
Ahora tengo que empezar de nuevo.
—¿Crees que una hora será suficiente para que la mujer indomable termine los deberes?—Le escucho decir a mi lado, colocando un lápiz nuevo sobre mi libreta.
