28 || Monstruo ||

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Alguien toca la puerta y no me atrevo a contestar, si en mi habitación me sentía desprotegida, aquí me siento mucho peor

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Alguien toca la puerta y no me atrevo a contestar, si en mi habitación me sentía desprotegida, aquí me siento mucho peor.

Correr al cuarto de mamá y acostarme a su lado siempre aliviaba cualquier noche de terror, aquí, no puedo hacer más que arrinconarme contra el cabecero de la cama.

Vuelven a tocar, y decido seguir haciéndome la dormida, nadie que venga en plena noche puede venir con buenas intenciones.

Entonces, escucho como el fechillo se va deslizando por sí solo, el corazón se me encoje mientras jadeo de la ansiedad, ¿Quién será? ¿qué querrá de mi?

La puerta se abre lentamente, todo está oscuro así que no sé de quien se trata, escucho unos pasos acercarse y un portazo que me hace sobresaltarme.

—Hola, Sara.

Lucifer me observa con una expresión maligna, sus ojos arden en fuego, su sonrisa es tétrica, y la belleza propia que le caracteriza no está, solo hay pura maldad en él.

—¿Qué...qué quieres? —Musito, cubriendo mi cuerpo hasta arriba con la manta, como si ese trozo de tela pudiese protegerme de Satanás de alguna ridícula forma.

Me siento expuesta, vulnerable.

—A ti.—Dice sin más.

Mi mano rebusca en mi pecho el crucifijo, Miguel lo expulsará de mi habitación si se lo pido, pero entonces...

—¿Buscas esto?—Lucifer alza el brazo, dejandome ver como este pende de sus dedos, maldigo notando las primeras lágrimas de desesperación.—¿Asustada, Sara?

Niego.

—No te tengo miedo.

—Mentirosa.—Masculla y mi cuerpo comienza a arder en mi espalda, me retuerzo en la cama mientras chillo y jadeo de dolor, no por favor, otra cruz no.

Mis ojos se abren y estoy sudando a mares, miro hacia todas las esquinas de la habitación encontrando solo oscuridad.

Ha sido una pesadilla.

Toco la parte herida de mi espalda comprobando que no hay nada.

Suspiro aliviada.

Siento unas horribles ganas de ir al baño, que ni siquiera sé donde está, mis pies descalzos se apoyan en el frío suelo, cuando veo que algo frente a mi se pone de pie.

¿Qué?

Una figura negra, alta, de ojos intensamente rojizos, con unos cuernos retorcidos inmensamente grandes.

Me arrastro hasta el final de la cama encontrándome con la pared, esa cosa se acerca, su voz suena lejana pero al mismo tiempo terrorífica, está dentro de mi cabeza, no entiendo nada de lo que dice.

Ángel Caído✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora