Gabriel, aniñado, dulce y encantador.
Joshua, sereno, inteligente y místico.
Miguel, fuerte, varonil y romántico.
Lucifer, atractivo, galán y... Peligroso.
Cuatro misteriosos chicos, que estarán dispuestos a todo, por poseer el alma de la mujer que...
Capítulo escrito por el móvil y sin tiempo para corregir , espero que la guste. Siento mucho si hay errores gramaticales
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Me duelen las rodillas .
Siento punzadas en la columna vertebral, tengo los dedos entumecidos y casi no puedo seguir frotando el suelo, solo he limpiado un cuarto de la primera planta , no llego a la mitad .
Es enorme , y tan solo con agua , jabón y un cepillo de dientes es imposible alcanzar la perfección que Lucifer pide.
Al menos, nadie me ha visto en esta situación tan humillante, todos parecen haber salido , y creo que se donde están.
Las campanadas suenan, es el fin de la misa.
Suspiro, no tardarán en volver.
Persisto en mi labor de terminar algo que ya doy por imposible, más no me gusta rendirme, jamás.
La puerta de la sala común se abre y escucho a María conversar con Uriel , alguien comienza a acercarse.
—¿Y los chicos?—Escucho la voz de María .
—Convenciendo a Miguel de que la enseñe a pelear , ya sabes, siempre están con eso.
—Oh.—Se ríe, como si fuese una esposa perfecta, felizmente casada con cuatro hijos adorables.
¿Sabe ella toda la verdad?
¿Es otra traidora que juega sucio?
Resoplo con hastío , las mujeres cuando se enamoran hacen tonterías.
Por eso yo nunca me enamoraré.
—Has avanzado más de lo que esperaba. —Su impertinente voz hace que me hierba la sangre. — Tienes las rodillas rozadas y te va a dar una lumbalgia si sigues así, aunque estés muerta , en el purgatorio se sigue sintiendo la carne , algo que puede ser placentero y a la vez .... Agonioso ¿Que opinas ?
—Que aún tengo mucho por limpiar.
Lucifer sonríe , acercándose a mi, se coloca justo al lado del cubo lleno de agua con jabón.
—Mirame a la cara, Sara.
Alzo mi mirada, observándole con indiferencia.
—Conmigo no se te iluminan los ojos como cuando le miras a él, ¿Y si lo arreglo dejándote ciega?— Da una patada al cubo provocando que todo el jabón me entre por los ojos, los froto con mis manos tratando de secar mi rostro con el delantal del uniforme.
Pica, escuece, arde.
Me levanto caminando a ciegas para buscar el baño más cercano y lavarme la cara, me choco contra una pared a lo que él no para de reírse .
—¡Dejadme en paz de una vez, mocosos !— Entonces oigo su voz, no puedo verle pero imagino la cara pálida de Lucifer al escucharle también , se que no puedo llamarle , pero lloro en voz alta a conciencia , en pocos segundos , le siento a mí lado. —¡Sara! ¡Sara que suce...! —Niego y lloro señalando a mis ojos.— ¡TU Y YO VAMOS A HABLAR AHORA MISMO, NO TE MUEVAS DE AQUÍ!—Ruge como una fiera, haciéndome seguirme mientras lleva con suavidad mi mano.
