23.Independencia en proceso

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Los amantes ya estaban alejados pero Louis seguía durmiendo en su habitación.

Hace un tiempo que comenzó su negocio de diseño y alta costura. Cosa que le estaba dando ingresos para poder pagar lo adeudado a la casa real y después de eso para ingresos personales.

Al cabo de un mes y medio Louis ya había cubierto la deuda. Tenía jornadas largas que le obligaron a contratar un grupo de costureras y un asistente.

Él se encargaba de los diseños y junto a dos personas más a tomar las medidas. El resto era quien cortaba y cosían.

Los ingresos eran buenos, pagaba la materia prima, pagaba a las empleadas y sobraba buena cantidad para él con el que se permitió comprar cosas para él, para Juliet, para Harry e ir con su ginecóloga de confianza para que le practicara un método anticonceptivo permanente que a la vez le bloqueara los periodos de celo.

Fue con ella, él pensaba en que le sacaran la matriz para librarse de cualquier problema y además, la familia real quería un heredero y ya lo tenía, quien más sino Juliet, una preciosa alfa.

Comentó eso a su doctora pero ésta lo persuadió. Algún día volvería a necesitar de ella, era joven, contaba con sólo 26 años, al rededor de unos 10 años o incluso más y podría tener más hijos. Louis quedó convencido y pidió otro método.

—Bien, este es un método temporal pero muy efectivo, se llaman supresores.

—¿Supresores? ¿No están prohibidos? —cuestionó.

—Estaban, los omegas junto con algunos betas y contados alfas hemos protestado hasta hacerlos legales, los omegas merecen decidir sobre su cuerpo ¿no creés?

—Totalmente.

—Bien, estos son los mejores que hay —dijo la doctora escribiendo en una hoja.

—Muchísimas gracias, nos vemos.

—Hasta pronto Majestad.

Louis salió de ahí y se fue a casa. Más tarde llamó a su hermana, quería verla.

...

—Ho-hola, Felicite —dijo Louis sentándose.

—Louis, hace tiempo que no te veía. ¿Cómo haz estado?

—Bien, y-y ¿y mamá? —tartamudeaba.

—En casa, está bien —dijo.

—Hay alguien que quiero que conozcas. Harry —llamó.

Harry apareció con Juliet en brazos. Se acercó a Louis y dejó a la nena en sus brazos.

—Ella es Juliet, mi pequeña —dijo Louis orgulloso.

...

Después de haber compartido unas horas con su hermana ella se retiró pero Louis le pidió que regresara antes del fin de sema y ella aceptó. Está vez vendría con su madre.

Louis podía sentir su celo acercarse así que discretamente le pidió a Harry que le consiguiera los supresores que la doctora le había recomendado.

Realmente quería seguir viviendo ahí, ése era el hogar de su nena y era la única forma de estar con ella y como le había gritado a Marie que no lo volviera a tocar, tener periodos de celo no sería lo mejor.

Harry con absoluta discreción los consiguió. Se los dio a Louis y de paso compró galletas de chispas, de mantequilla y de frutos rojos sólo para Louis.

Harry llegó con el paquete y evitó la revisión de Jeremie ya que éste se encontraba cumpliendo la encomienda de la reina.

Harry entró con el té y un vaso de agua, le dio la caja que contenía 20 pastillas que debía consumir dos por semana y también le pasó las galletas que lo mantenían con vida.


















Parece que ya es más próspero todo
Bueno lectoras queridas nos leemos pronto. Éxito en lo que se propongan y bendiciones para tod

El Príncipe Tomlinson. La Verdad Detrás Del Cuento  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora