8.Cumpleaños

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Hacía una semana ya de la boda de Fizzy. Era víspera de navidad y por ende la víspera del cumpleaños de Louis.

Marie había dicho a Louis que Navidad la pasara con su familia y en año nuevo irían a Galés.

La razón por la que Marie no había asistido a la boda de Felicitie fue que tuvo que viajar a Francia junto a su hermano Enrique, era una "emergencia".

Marie no estaría en el cumpleaños de Louis, no.

La familia de Lou estaba organizando su cena, estaría Fizzy y su esposo Arthur, ellos decidieron pasar Navidad y año nuevo en familia, así qué postergaron su viaje de luna de miel para primavera.

La pequeña familia de Louis eran su mundo entero pero faltaba algo...

Sin darse cuenta, el castaño poco a poco, se iba haciendo dependiente de la presencia de Marie, se sentía algo afligido por la ausencia de la alfa. Se había enamorado de una personalidad fingida.

22:00 hrs.

La cena estaba lista, Tom, Jay, Fizzy, Arthur y Lou, rodeando la mesa, sólo faltaba encender la vela media, la vela blanca.

—Se enciende a la media noche, Lou —dijo Fizzy.

Esta era una tradición de la familia. Eran en total 5 velas, tres moradas una rosa y una blanca. Cada domingo del mes de diciembre se encendía una vela nueva, la rosa se encendía el día 24 y la blanca el día 25.

—Antes de comenzar, hagamos la oración —comentó Jay—. De pie.

Todos acataron la orden de Jay, se pusieron de pie y tomaron sus manos, las cosas se facilitaron gracias a que la mesa era redonda. Orando en silencio, con los ojos cerrados, todos, menos Louis, él solo pensaba en Marie y, en el impacto que había tenido su presencia en su vida en tan poco tiempo.

—Listo —dijo Jay—, ahora, disfrutemos, provecho.

Todos se sentaron y comenzaron a cenar, lo que era tradición, un pavo relleno de verduras y especias al horno, acompañado de arroz, puré de papas y ensalada y el famoso aderezo que preparaba Arthur.

Hace tiempo que Louis no comía junto a su familia y les había ocultado lo de su dieta, al principio no sabía que hacer pero decidió sólo comer ensalada con puré y un poco de arroz, nada de carne. Después de que terminó de servirse míseras porciones su madre lo miró con algo de preocupación.

—¿Sólo eso mi cielo? —le preguntó Jay a Lou.

—Sí, madre, ya es tarde y temo que me caiga de peso, además, comí tarde y no tengo tanta hambre —concluyó con una sonrisa hacía su madre

Sólo mentiras decía.

—Esta bien cariño —dijo Jay, no muy confiada y le regresó la sonrisa.

La cena duró alrededor de una hora acompañada de una charla amena y anécdotas narradas por Thomas.

Después de la cena, los Tomlinson acostumbraban a ver una película navideña hasta que fueran las doce, poder encender la vela media, orar y después dormir.

Ese año no seria la excepción. Después de la cena, todos ayudaron a acomodar. Luego de eso se fueron a la sala a esperar a que fuera media noche viendo una película.

23:56.

—Vengan por favor —se escuchó la voz de Jay desde la cocina.

De nuevo todos se reunieron al rededor de la mesa. Fizzy encendió la vela y todos tomaron sus manos. Una oración anual de protección y agradecimiento.

El Príncipe Tomlinson. La Verdad Detrás Del Cuento  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora