34. Confesión.

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Cuando los dedos de Harry estuvieron a centímetros de las sábanas de seda contrajo su brazo hasta su cuerpo, giró sobre sus talones y caminó a la puerta.

Abrió.

—¿Harry? —preguntó el omega—. Está todo bien, ¿verdad?

—Ah ¿sí? ... La verdad no.

—¡Qué pasó! —se alarmó.

—Nada malo es sólo que, Louis yo quiero decirte algo.

—Dime, Harry —le indicó que se sentara con él, en la cama.

El alfa obedeció y fue lento hasta llegar y sentarse.

Se acercó hasta el omega y tomó sus manos para entrelazarlas. Lo miró a los ojos.

—Hace tiempo que yo he querido decirte esto.

Simplemente lo besó. Soltó sus manos y acunó el rostro de Louis para prolongar el beso.

Entre aquella lenta danza entre los labios de Harry y Louis, el omega detectó el sabor de la menta y alcohol, él había esperado tanto por ese beso y pensar que ahora dudaba de esta acción así que se separó.

Harry se fue sin decir nada.

Ese beso dejó mucho que pensar.
¿Qué fue eso? ¿Por qué? ¿Qué es lo que siente Harry? ¿Lo hizo en serio?

Al día siguiente era sábado, normalmente Harry se quedaba los fines de semana pero ese día Louis durmió hasta las diez de la mañana ya que Harry no lo despertó para el desayuno.

Se levantó y vistió solo. Pasó otro miserable día.

Caminando sin rumbo por los pasillos del palacio Louis se estaba convenciendo que lo que Harry había hecho había sido una gran mentira y que ahora había huido pues nadie sabía dónde estaba.

Mientras Louis pasaba por la biblioteca, al doblar la esquina se topó a Harry. Éste sonrió.

—¿Dónde había estado? —le preguntó  Louis.

—Tuve una emergencia con mi madre, sé que tendré problemas pero sólo quiero que digas que no estabas enterado, por favor.

—No, Harry, yo diré que me avisaste.

—Por favor, necesito que haga esto por mí.

—Está bien.

—Ahora váyase —pidió Harry.

Louis se fue inmediatamente a su alcoba para que así Harry pudiera enfrentarse a Jeremie.

Unos quince minutos más tarde llegó Tifany a buscar a Louis, lo llevó con ella hasta el estudio de la reina donde ajustarían cuentas con Harry.

—Bien, escucharemos  el veredicto de Louis.

Lo miraron cuando entró.

—Dígame Louis, ¿Harry le avisó que saldría? —preguntó su majestad.

Louis miró a Harry y éste le hizo un seña.

—No majestad —bajó la cabeza.

—Harry —se dirigió a él—. ¿Por qué se fue por cuenta propia?

—Verá, majestad, no me gustan las excusas así que diré la verdad... —Louis lo miró atónito, estaba seguro que confesaría lo que pasó— Era de madrugada...

Bien, sí lo diría.

—... Y yo decidí irme sin avisar, no quise importunar a nadie a altas horas de la noche.

—¿Es eso cierto, príncipe? —preguntó al omega.

—S-sí, majestad.

—Bien, Tomlinson, en tus manos está. ¿Quieres que Harry continúe como tu mayordomo después de lo que ha pasado?

—Sí.

—Señor Styles, trabajará el resto del día pero no se le pagarán las horas. Vaya a cambiarse. Joven Tomlinson, quiero hablar con usted —dictó la reina.

Todos los demás presentes salieron.

—Quiero que dejes de trabajar, ahora lo que quieras hacer lo harás dentro del palacio.

















Otra injusticia maaaaaas harry no fue despedidos a pesar de haberse ido.

Y leí que decían, por qué Louis no se divorcia y se va con sus pequeñas pues simple: Juliet y Jane jamás pueden dejar a su madre, Louis puede divorciarse, claro pero si hiciera eso probablemente no vería a sus hijas de nuevo pero dirán ¿custodia compartida? Queridos, ella es la reina y es la máxima autoridad, es todo ciao babes

3espero que les agrade y ya estamos estrenado portada

El Príncipe Tomlinson. La Verdad Detrás Del Cuento  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora