45. Por siempre

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Louis cubrió su boca con sus manos, estaba muy emocionado y sorprendido que comenzó a asentir y ruidos de felicidad salían de él.

—¡SÍ! —lo gritó.

Harry se agachó y salió por la parte posteriormente de la caja y corrió a abrazar a su omega.

Todo había sido tan lindo, Harry era el indicado, era el amor de su vida, era innegable.

Mientras tomaban el té iban planeando cómo sería todo.

—¿Qué te parece Venecia? —comentó Louis.

—¿Venecia? Creí que dirías que sería un completo cliché.

—No, a menos que tú lo pienses.

No dejaron pasar ni el más mínimos detalle, luego de eso comenzaron con la lista de invitados -muy larga- muchos conocidos, parientes y amigos, personas importantes y que han ayudado a Harry y Louis a lo largo de su vida.

—¿Ahora qué?

—Iremos a casa para la cena, regresáremos, haremos el amor toda la noche y por la mañana comenzaremos con el bufete, la mantelería, cristalería, pastel, etcétera. Pero antes me reuniré con mis hijas ¿quieres ir?

—Me parece perfecto ahora ven aquí y dale un beso lindo enano. Y claro que te acompañaré.

Louis fue hasta dónde Harry, lo tomó de la nuca y Harry de las mejillas, hicieron un poco de contacto visual, después cerraron sus ojos y comenzaron a besarse lentamente.

Louis con un impulso logró subir y enrollar sus piernas en la cadera del alfa. Comenzaban a sudar.

—¡Ah, Dios! Me haces tan débil —gimió Louis— pero debemos llegar temprano.

Colocó los pies en el piso y le dejó un corto beso en los labios del alfa para proceder a cambiarse.

Era una cena formal con la familia Tomlinson pero no era necesario los trajes, vestidos, joyas, no.

Louis vistió simple. Al igual que Harry.

Pasaron la cena agradable y fue ahí cuando comentaron lo de la boda.

Jay se puso tan contenta al igual que Thomas.

Fue una velada agradable.

Luego de volver a casa hicieron lo que Louis dijo: hicieron el amor mayor parte de la noche.

Ya por la mañana Louis se vistió muy rápido y presentable, se fue en total discreción tratando de no hacer tanto escándalo y para su suerte Harry no despertó.

Louis adoraba a Harry pero sabía que en esa reunión no sólo estarían sus hijas sino que también su exesposa y la metiche de la reina y sabía que si él iba las cosas no saldrían bien y la reina terminaría ofendiendo a Harry.

Tal vez eso no pasaría pero a Loui le gustaba pensar lo peor de una situación y en ocasiones prefería no arriesgarse.

Al salir a la calle un auto del palacio llegó por él para llevarlo a la cabaña donde se reunirían.

Cuando regresó Harry ya estaba despierto, había desayunado y estaba preparado para el día.

—Ay cariño, ya estás despierto —dijo Luis entrando en la sala.

—¿Por qué no me despertaste? —reprochó Harry.

—Te mirabas tan lindo y cómodo y como me habías comentado que no has estado durmiendo bien pues...

—Louis se honesto —pidió Harry.

El omega suspiró.

—Ellas iban a estar en la reunión, a lo mejor no hubiera pasado nada pero sabes que yo siempre pienso en lo peor —bajó la vista.

Harry se conmovió y lo abrazó.

—Comprendo, y sí tal vez fue lo mejor, me hubiera sentido incómodo.

Se sentían tan cómodos con su silencio, era tan pero tan hermoso.

—¿Quieres desayunar? Ya tengo todo listo —dijo el alfa.

—Sí, cariño.

Desayunaron pronto pues la lista de deberes era larga, bastantes preparativos para la boda que aún debían solucionar.

Primero llegaron a solucionar las invitaciones, de ahí abordaron un avión del angar de la corona para ir a Italia y allá arreglar lo de manteleria, cristalería, ambientación, el lugar y la comida. Algo muy atareado.
































Ya volví espero y les guste

El Príncipe Tomlinson. La Verdad Detrás Del Cuento  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora