39. Vacaciones

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Los años en sí pasaban rápido para todo mundo, incluso para los prisioneros mas no para Louis que también era un prisionero de otro tipo.

Se sentía miserable, siguió viviendo en el palacio, todo lo hacía por sus hijas, por estar con ellas aunque fuera sólo una hora diaria desde hace años.

Había vuelto a aislarse, al único que se acercaba era a Harry y a sus pequeñas. Todo había empeorado y la depresión había vuelto.

Fue un tiempo miserable hasta que a la dulce omega Jane se interesó por la equitación y fue así como Marie ordenó a Louis que él la acompañaría en su entrenamiento.

Cada martes Louis iba junto a Jane con un chófer que los llevaba a la granja Alpine que quedaba fuera de Londres.

Era un bello recorrido que hacían y Louis aprovechaba cada segundo del trayecto para charlar con su pequeña.

...

Las vacaciones de primavera se acercaba y las niñas no dejaban de insistir con unas vacaciones en algún lugar que no fuera Londres, Galés o Irlanda.

-Deberías hacerlo, así podré llamar a Alfred -dijo la reina.

-¿A Alfred, Alfred Chace? -cuestionó Marie.

-Ya es tiempo, no lo necesitamos, él ahora es una pieza inútil en nuestro tablero de juego y este viaje sólo nos facilitará acabarlo.

...

Marie ya había decidido y a Jane le fascinó más que a nadie, irían a la hacienda de Enrique, el padre de Katherine. Esta idea había sido de agrado para Jane por el hecho de que ahí, su bisabuelo criaba caballos.

Llegaron y el abuelo Enrique los recibió y atendió junto a sus empleados. Los llevaron al comedor exterior y disfrutaron de una agradable comida. Después de eso el abuelo les dio un recorrido por la finca y más tarde a las caballerizas.

Como él ya le había dicho a sus empleados se lo dijo a la familia: todo y todos estaban a su disposición en cualquier momento.

Ya más tarde ya estaban ubicados en habitaciones, la noche ya estaba cayendo, Jane y Juliet compartirían habitación pero Louis y Marie no.

Decidido, Louis fue hasta la habitación de las niñas.

-Hola papi -dijeron al unísono.

-Hola mis nenas, a lavarse los dientes.

Las niñas bajaron de la cama y se metieron al baño, Louis se acercó a supervisar y se recargó en el marco de la puerta.

-¿Qué haces aquí Louis? -se escuchó detrás de él.

-Vine a arropar a las niñas -dijo Louis a Marie.

-Ese es mi trabajo -respondió ella y seguiría atacando pero se detuvo porque las pequeñas ya habían salido del tocador.

-Hola mami.

Ambos arroparon a sus hijas.

Louis salió, se dirigió hacia su alcoba pero Marie lo detuvo.

-No creas que porque son vacaciones las cosas cambian, todo es igual, yo me encargaré de las niñas.

-¿Te das cuenta de lo que estás haciendo? -preguntó Louis.

-No Louis, no sé lo que hago, me lo dirías por favor?

-Me haces quedar como un mal padre porque siempre es así, yo estoy oculto y alejado todo el maldito día esperando que lleguen las siete para ver a mis hijas menos de una hora, luego ellas dicen que quieren ser arropadas por mí y aparaces a decirles que no puedo que no tengo tiempo. ¡Ya estoy harto! -gritó y Marie lo abofeteó.

El Príncipe Tomlinson. La Verdad Detrás Del Cuento  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora