El Príncipe Tomlinson. La Verdad Detrás Del Cuento

44. Juntos.

—Cuentáme ¿qué sucedió? —comentó el alfa sentándose en uno de los sofás.

—Recién salía de la casa de los Malik. Estaba por entrar a mi auto, ni siquiera alcancé a abrirlo cuando dos tipos altos me llevaron un par de metros hacia uno de los vehículos reales.

Louis narró a Harry todo lo que había pasado sin olvidar detalle alguno.

El día transcurrió como de costumbre.

En la mesa del comedor, Harry y Louis disfrutaban de la rica cena que había preparado el mayor.

—Querido —llamó Louis—. Mañana tengo que viajar a Nueva Delhi. Y sólo me pregunto si tú quisieras acompañarme —se encogió de hombros.

—¿Lo dices en serio mi amor?

—Claro. Luego podríamos ir a Francia, Italia, Marruecos, adonde quieras —ofreció el omega.

—Ay Louis, claro que me encantaría pero no puedo dejar  de trabajar. Debo mantener a mi madre.

—Cariño, ya no necesitarás trabajar, si estás conmigo no habrá problema y respecto a tu madre, ella podrá ir a al centro médico de Suiza, con las mejores medicinas, la atenderán bien —dijo tomándolo de la mano.

—Gracias mi amor.

...

Costaba bastante levantarse, Louis simplemente no quería hacerlo, estaba tan cómodo y feliz pero, no eran vacaciones ó tal vez sí.

—Me tomaré el día libre.

—¡Cariño quieres despertar, hay una rata en la terraza! —se oyó desde afuera de la habitación.

—¿Puedes esperar? ¿Es necesario que vaya?

—¡SÍ~!

Louis se levantó con mucha pesadez para ir al balcón de la terraza.

—Alfa inservible, le teme a una rata —murmuró.

Salió a la terraza y no había tal rata ni Harry sólo había un globo rojo relleno de helio que lo mantenía flotando pero una tira de celofán atado a la ramita de un bonsái  impedía que éste se escapara.

El bonsái estaba sobre una pequeña mesita de madera y en ella había un sobre rojo. Se acercó y lo tomó. Del interior sacó un papel doblado en cuatro partes. Lo extendió y leyó, la carta decía:

"Estimado señor OSITO, está usted cordialmente invitado a entrar en la cocina y abrir el tercer cajón de la vitrina que el día de ayer el señor KITTY le prohibió abrir pero como se sabe que a usted no le gusta husmear no irá y hará caso omiso. Por su atención gracias"

Estaba firmado por un tal Mr Hug.

Louis no iba a ir pero la curiosidad fue más fuerte.

En la manija del tercer cajón había un globo atado de color naranja.

Louis abrió el cajón y sacó un sobre con el mismo color del globo, sacó la nota y esta decía así:

"Estimado señor ENANO cordialmente le digo que parece que la curiosidad le ha ganado y por eso es que ha venido a husmear pero no se preocupe, ahora lo invito a que se vea en la alacena de debajo de las escaleras aquella caja de zapatos que el señor PRONTO-ME-QUEDARÉ-CALVO ha guardado desde hace dos meses. Se despide de usted Mr Hug."

La maldita curiosidad de nuevo, no la pudo contener así que fue directo a la alacena y justo en la entrada estaba la caja con un globo amarillo. También tenía un sobre y una nota.

"Yo creía que no seguía ordenes, mucho menos de un desconocido pero como es un buen chico siguiendo ordenes ahora vaya al baño de la recámara principal y busque en la gaveta de Harry. Se despide Mr Hug"

Esta búsqueda era divertida así que corrió hasta la recámara principal y buscarla.

Así pasó unas pistas más hasta que llegó a la última que estaba en la ventana de la sala, esta vez no había globo sólo una nota.

"Felicidades señor Cookie ha completado su misión pero veo que ha sido un mal agente pues ha olvidado recoger las armas potenciales así que lo invito a venir a la oficina del Jefe Jirafa (el estudio) para ajustar cuentas, se despide de usted Mr Hug"

Louis fue  hasta el estudio ahí encontró una gran caja, arriba de la tapa había un gran globo en forma de corazón que sostenía una tarjeta que decía que abriera la caja así que él lo hizo.

Al momento de abrirla salieron muchos globos color blanco inflados con helio que llegaron al techo. Éste fue el principal distractor. Cuando Louis bajó su vista, dentro de la caja estaba Harry con todos los globos de las pistas más el ultimo que faltaba para completar la bandera del orgullo y en su otra mano había una caja con un anillo de compromiso.

—¿Te casarías conmigo?