19. La fábrica I - Nevi

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Nevi - Philadelphia
Fabrica abandonada, Nov. 2:25am

El camino ha transcurrido en completo silencio hasta la fábrica abandonada que Nee ha convertido en su hogar. 

En parte me da un poco de envidia el que se haya conseguido un lugar tan grande y tan seguro sólo para él; él y sus experimentos. Si tan solo los chicos de mi pandilla y yo hubiésemos tenido un sitio así de grande, permanentemente... Miro a mis espaldas y los dos muchachos aún me siguen. Aun cuando me han sacado de mis ocupaciones, no podía dejarles solos. Vi en ellos a mis hermanos de la pandilla. Drew y Elliot... Ellos jamás hubiesen dejado solos a dos chiquillos en aprietos sabiendo lo que oculta la noche.

Miro la alta silueta negra de la fábrica abandonada por el rabillo del ojo, y luego a mis huéspedes, enarcando una ceja:

—Qué mansión, eh.

—¿Qué es este lugar? —boquea Micah; parece fascinado con el sitio. 

El muchachito de cabello blanco más pequeño se refugia bajo el brazo de su hermano cuando poso mi vista en él. Parece más atemorizado conmigo que con el enorme y viejo edificio sucio y tenebroso que tenemos en frente. No sé si sentirme ofendido con la forma en que me teme; y tampoco siento que esté justificada su tirria hacia mí solo por tirar de su brazo en un intento de ayudarle, pero estos chicos parecen esconder más cosas de las que dejan ver y empiezo a preguntarme por cuanto han tenido que pasar.

—¿Es de verdad? ¿Aquí es? —pregunta el mayor cuando llegamos a la puerta, y yo doy una cabeceada, invitándoles a pasar por delante de mí, y escoltándoles hasta lo que vendría siendo la entrada principal del lugar. 

Una vez dentro, nos llega la peste a óxido, humedad y metal quemado. Los muchachos dudan antes de internarse y me dirigen una mirada cautelosa. Yo ruedo los ojos y me adelanto para entrar antes que ellos:

—Está bien, no es ningún palacio de Versalles —les digo mientras nos adentramos por un largo pasillo flanqueado de accesos sin puertas, que dan a espacios vacíos y polvorientos—, pero tampoco es que esté el Doctor Frankenstein dentro.

Y en ese preciso instante, un inmenso estallido remece el suelo, y las paredes y lanza escombros, cenizas y astillas a través de una de las puertas a los costados del pasillo, en nuestra dirección.

Empujo a los chicos fuera del margen de la puerta para protegerles de los proyectiles:

—¡Cuidado!

Micah se agacha en torno a su hermano cubriéndolo, a lo que este se abraza a su torso. Quedamos refugiados a la pared del pasillo, respirando con el corazón en la garganta por un instante, hasta que levantamos todos la vista casi a la par y nos miramos unos a otros sin entender nada... Bueno, puede que yo sí tenga una ligera idea de por dónde va la cosa...

Temiendo lo peor, salgo de nuestro escondite y me adentro a la estancia, abriéndome paso entre una espesa humareda negra que inunda el lugar y avanzando a zancadas:

—¡Nikolas! —le llamo, buscándolo con la mirada— ¡Oye, Nee!

—¡Vaya! ¡vaya! —escucho una risa salir del cuarto, y una figura flaca y casi espectral surge de entre los nubarrones, cubriéndose el rostro con un antebrazo y sacudiendo la otra mano para disipar el humo. Tiene una parte del cabello rubio ennegrecido de hollín y se tambalea de un lado a otro al caminar, como si estuviese desorientado—. Definitivamente no me esperaba esa reacción.

HUNTERS ~ vol.1 | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora