HUNTERS ~ vol.1 | COMPLETA

30. Un hombre loco llamado Nee II - Micah

Micah - Philladelphia
Fábrica abandonada, 23:00PM

Ha caído la noche. El modo en que Abel se apega contra mi maltrecho costado me provoca dolor sobre la herida cerrada ya con siete puntos gracias a Nikolas; pero no quiero apartarle de mi lado. Me siento tranquilo al tenerle y necesito estar seguro de eso en todo momento. Solo en dos días le he perdido dos veces y no puedo permitir que siga ocurriendo. Aquel acomoda la cabeza en el hueco entre mi cuello y mi mentón, y siento las finas hebras de su pelo acariciándome la barbilla cuando se acurruca contra mí como si fuera un gatito. 

Nikolas se ha apartado de nosotros para seguir trabajando en lo que sea que esté haciendo y nos ha dejado solos. Y los nervios de Abel se han disipado de a poco conforme nos hemos quedado a solas. Mi hermanito me descubre el estómago, subiéndome el extremo de la camiseta, y acaricia suavemente la superficie de la venda que me cubre el costado con los finos dedos. Lo hace con la bastante delicadeza como para no llegar a provocarme ningún dolor. Noto como aprieta los labios y sus grandes ojos rozagantes me miran llenos de remordimiento.

—¿Te duele mucho? —susurra.

—No —miento; aunque estoy bajo el efecto de algunos analgésicos y no duele tanto como debería.

Antes de responder, Abel aprieta los labios:

—¿Estás... enfadado conmigo?

Suspiro. Debería saber que soy incapaz de enfadarme con él; pero debe entender que tampoco estoy feliz.

—No vuelvas a hacer lo que hiciste —le digo por toda respuesta. 

No hace falta que le diga más. Podrá parecer y actuar como un niño menor a su edad, pero Abel es mucho más inteligente de lo que aparenta. Sabe cuál fue su responsabilidad en esto. De otro modo, no creería que hay razones para que estuviera enojado con él. Así que sólo baja la cabeza, con una expresión abatida y vuelve a buscar el calor de mi costado, rodeándome con suavidad.

—Perdóname —masculla, enterrando el rostro contra mi pecho, arrepentido.