43. Cassie y Chris II - Chris

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Chris – Philadelphia

Garaje de Bob – Nov, 1.15am


Me quedo observando a la niña unos instantes en silencio. Tiene la cara redonda, mejillas sonrosadas y unos ojos grandes, marrones y demasiado inquisidores para mi gusto. Sigo sin comprender del todo por qué ha decidido pegarse a Byron y viajar con él, pero no deja de ser una niña y no puedo tratarla como una adulta ni mostrarme tan frío con ella. Sin embargo, no puedo evitarlo. Una parte de mí teme acercarse demasiado a ella por culpa de lo que llevo dentro. No quisiera ponerla en peligro si es cierto que Byron tiene algo de aprecio por ella. Pero considerando que la demonesa parece estar ausente desde hace rato, consigo sacar valor para hablarle y romper el incómodo silencio:

— Me alegra conocerte. Ojalá hubiera sido en otras circunstancias — le digo. Espero una respuesta, pero parece ser que no me va a hablar. — Me sorprende que sigas despierta — añado.

Por un momento temo que vaya a seguir callada pero entonces rompe su silencio.

— Estaba esperando a Byron.

Su voz suena algo retadora y no puedo evitar esbozar una media sonrisa ante lo que eso supone. 

— Veo que te preocupas por él. — Ella asiente, enérgica. No puedo evitar conmoverme un poco. — Pero si me permites que te de un consejo, te recomiendo que la próxima vez intentes dormir. La vida nocturna de un cazador no es muy sana.

Y le guiño un ojo. Byron hace una mueca entre divertido y cauto.

— No le digas eso.

— ¿Es cierto o no? — digo por toda respuesta, quitándole importancia, y me vuelvo hacia él dejando a la niña con cierta expresión de preocupación. — Será mejor que averigüemos cuanto antes si Bob sabe algo.

Byron me mira un instante, luego a Cassie y después asiente.

— Espera aquí — le dice a la niña.

La niña obedece y no se mueve, aunque no me quita la mirada de encima hasta que me pierde de vista. Byron y yo nos dirigimos al porche donde Bob nos espera fumando, como de costumbre.

— ¿Y bien? — pregunta, aunque conociéndonos como nos conoce, sabe de sobra que no ha sido nuestra mejor misión por las caras que le traemos.

— La secta se dedicaba a cazar cazadores — respondo. — Pero, según parece, le perdieron la pista a mi padre cuando desapareció.

— Lo único que sacamos es el nombre del demonio al que adoraban — añade Byron.

— Baer-ha-Bher — le informo, recordando el nombre.

— Y este símbolo que había en el suelo — agrega Byron sacando su móvil y mostrándole la foto en la galería.

Un par de arrugas asoman a la frente ya de por sí arrugada de Bob.

— El nombre no me suena de nada y el símbolo... El pentagrama invertido sí, pero lo de su interior... no lo había visto antes.

No puedo evitar sentirme decepcionado al escuchar sus palabras. En su tiempo Bob fue un cazador experimentado como mi padre y sabe muchas cosas. El hecho de que este símbolo escape a sus conocimientos me arranca las esperanzas.

— Entonces ha sido una completa pérdida de tiempo — espeta Byron con una mezcla de decepción y enfado.

No lo culpo. Por ayudarme ha perdido su única pista sobre Salazar. Pero entonces, me acuerdo de algo.

— Puede que no — replico, y él me mira. — Sigo teniendo a mi contacto — le informo. — Puede que él sepa algo.

— Bien. Pues vamos a verlo — dicta Byron.

— ¿Vamos? — repito.

No es buena idea que vayamos los dos. Sabiendo la animosidad y el odio que Byron le tiene a los vampiros, no creo que sea buena idea llevarle a ver a Angelica. No creo ni que sea buena idea que le hable de ella. En cuanto la vea la intentaría matar sin pensárselo dos veces

— Claro. Yo también voy — asegura él.

— No. — Niego, tratando de sonar convincente, a lo que él frunce el ceño, sorprendido por mi negativa. — Voy a ir yo solo a verlo. Es mejor que te quedes aquí.

Está claro que la idea no le agrada lo más mínimo.

— Se trata de John. Tengo derecho también a enterarme si sabe algo.

— Mi informante es... — Me quedo un par de segundos pensando cómo continuar la frase. No quiero mentirle. No a Byron, que ha llegado a ser como un hermano para mí. Pero no puedo permitir que su odio ciego hacia los vampiros tire por tierra la única oportunidad que tengo de encontrar a mi padre y de salvarme a mí mismo. Así que solo me queda intentar evitar que venga. — Es muy reacio a hablar con cualquiera que no conoce.

— Vale, pues no hablaré. Solo escucharé.

Me quedo callado un momento. Como siga insistiendo, va a sospechar algo. Trato de buscar alguna excusa y entonces me viene algo a la cabeza. No quería tener que recurrir a la cría, pero me parece que es la única forma de evitar un desastre.

— Si insistes... pero te recuerdo que tienes a una niña a tu cuidado — le respondo señalando a Cassie con la cabeza, que nos contempla a lo lejos sin perder detalle. — Y ya la has escuchado antes: no se irá a dormir estando tú fuera.

Parece que mis palabras están teniendo efecto, pues su rostro asembla estar teniendo un duro debate. Contempla a Cassie un instante y la arruga de su ceño se borra y, finalmente, desiste y asiente.

— Tú ganas.

Noto como el alivio me llena.

— No te preocupes. Cuando haya hablado con él, volveré.

Tan solo espero que Angélica sepa algo más.

HUNTERS ~ vol.1 | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora