19. Un descubrimiento peculiar II - Nevi

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Nevi - Philadelphia

Fábrica abandonada, Nov 22:20pm


Cuando Byron y yo entramos en la habitación a la que Nikolas nos conduce, reparo inmediatamente en Caleb, hecho un ovillo sobre la silla, y la gruesa cadena que va desde la pared hasta su muñeca. Byron se sobresalta también al verlo y me ensarta una mirada en busca de respuestas. Respuestas que no tengo.

—¡Nevi! ¡Byron! Decidle que me suelte —Caleb salta de su asiento.

Nee parece tan divertido como si le hubiesen contado la mejor broma del mundo.

—¿Pero qué cojones...? —dice Byron, y entonces se aproxima para examinar la cadena, buscando cómo soltarle.

—No tan rápido —le dice Nikolas, y le arroja la llave. 

Byron la atrapa en el aire y la encaja en el acto en la cerradura para liberar a Caleb. Por mi parte me planto frente a Nee con ganas de asesinarlo.

—Será mejor que empieces a explicarte.

—No le he hecho daño —enarca las cejas tranquilamente.

Ruedo los ojos, exasperado. A veces no entiendo cómo funciona su cabeza.

—Cuando te dije de no hacerle daño físicamente, tampoco me refería a que seas libre de provocarle un puto trauma.

—Eso no corre por mi cuenta, el chico ya tiene varios —replica Nee—. Como sea, ya puede irse, sólo quería verificar una cosa. Y acabé haciendo un pequeño descubrimiento. Eso es lo que nos compete ahora mismo.

En cuanto Caleb se suelta retrocede hasta ponerse detrás de mí y de Byron, y observa por encima de nuestros hombros a Nikolas con cierto recelo.

—¿Y bien? —le inquiero a este y nos hace una seña para que se nos acerquemos hacia donde está el vampiro. Caleb se queda en su sitio, sin atreverse a acercarse al cadáver.

Me fijo en su torso descubierto y arrojo a Nikolas una mirada inquisitoria.

—¿Crees eso de mí? —se lamenta, llevándose una mano al pecho, fingiendo estar ofendido.

—No he dicho nada.

—Lo estás pensando.

—¿Quieres hablar de una vez? —lo apuro, impaciente por saber qué ha podido descubrir.

Desliza un dedo por el agujero dejado por la flecha en el cuerpo de la criatura y hunde la yema en la carne abierta con un desagradable sonido húmedo. Parece fascinado con la sensación.

—La herida en su pecho —señala—. Fue provocada por un virote de ballesta corto y ancho, con punta de acero.

—¿Ese fue tu descubrimiento? —me quejo, exasperado de que nos haya hecho venir hasta aquí solo por algo que ya sabíamos. Viro para ver a Byron, pero este tiene una expresión absorta en el rostro, como si recibiera información nueva.

Me cuesta trabajo creer que un cazador como Byron no sepa identificar el proyectil de un arma diseñada para cazar vampiros sólo con mirarla, como ha hecho Nee; quien, aunque es bastante erudito en armas, no sabe nada de cazar criaturas sobrenaturales.

—Todo eso lo puedes saber con sólo con verla —intento explicarle. Pero cuando se gira para verme, adivino por su expresión que he malinterpretado su sorpresa. 

En ese instante, Byron saca la flecha de entre su ropa y me la muestra, indicándome que Nee no ha tenido el menor contacto con ella.

—Espera... si Byron no te mostró el virote que mató al vampiro, ¿cómo sabes todo eso?

HUNTERS ~ vol.1 | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora