44. Símbolos III - Chris

266 72 10
                                    


Chris - Pennsylvania

Garaje de Bob – Nov, 2.00am


Llego al garaje pasadas las dos de la mañana. Me quedo parado contemplando el cartel, pensando en lo que me ha dicho la Negociadora. Sé que debería hacerle caso y marcharme antes de que sea tarde. Pero, antes, necesito reconciliarme como es debido con Byron. Necesito ayudarle antes de que ya no pueda hacerlo. Se lo he prometido. Es para mí, pero no para él. Suspiro largo y tendido y me encamino al interior del taller y del reservado. La única luz encendida es un flexo y al acercarme veo a Byron dormido sobre el escritorio.

Lo observo unos momentos. No ha cambiado mucho físicamente desde la última vez que le vi, salvo por la barba. Antes acostumbraba a llevarla más corta y cuidada. Y tampoco tenía tantas ojeras. Sin embargo, verlo dormir tan tranquilo me trae recuerdos de los años que pasamos juntos. Byron fue para mí como el hermano mayor que nunca tuve. Y lo sigue siendo. Aunque, de alguna forma, todo haya cambiado entre nosotros y la relación se haya vuelto un poco tensa. Por eso quiero dejarle un buen recuerdo de mí. Quiero que vea que, a pesar de todo, me sigue importando y quiero que esté bien. 

Me acerco por detrás y le deposito suavemente la mano en el hombro para despertarlo.

— Byron...

De repente, Byron se despierta sobresaltado y empieza a retorcerme el brazo en una llave, pero lo detengo a tiempo.

— Tranquilo. Soy yo. Te habías dormido.

Byron me suelta al instante y, cuando es consciente de lo que acaba de pasar, sacude la cabeza.

— No. Estaba descansando un poco los ojos.

Niego medio sonriendo y sacudiendo el brazo en el que que me ha hecho la llave para desetumecerlo.

— ¿Alguna noticia? — pregunta.

Vuelvo a negar, esta vez con pesar.

— No sabía nada — respondo, refiriéndome a la Negociadora. Y por un momento suspiro resignado. — Era la única pista que tenía.

— Lo encontraremos — me asegura para tranquilizarme.

Un silencio incómodo nos rodea. Ahora que nuestra alianza ha terminado, con deprimentes resultados por cierto, llegaría el momento de volver a separarnos. Pero hay una promesa que debo cumplir antes.

— Ahora me toca a mí ayudarte a ti. 

Byron me contempla.

— Perdiste tu pista por mi culpa, así que me quedaré contigo hasta que encontremos algún rastro que nos lleve hasta Salazar.

Byron aprieta los labios por un instante.

— No hace falta que me ayudes — murmura.

Supongo que, después de todo lo ocurrido en el pasado, siente que no merece mi ayuda en este asunto. Y, a pesar de que entiendo sus razones, no puedo evitar pensar de otra manera.

— Lo sé — le digo, esta vez para tranquilizarle yo a él. — Pero no quiero deberte nada.



Final del ARCO I

HUNTERS ~ vol.1 | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora