1. Una nueva misión I - Nevi

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Nevi - Philadelphia
Fábrica abandonada, Nov 06:50am


Temprano por la mañana, me encuentro entrando a la fábrica otra vez con una bolsa con el desayuno, esta vez para cinco personas. La familia crece...

Les dejo a los hermanos y a Caleb el suyo cerca, el cual agradecen con timidez, y luego voy derecho a la habitación de Nikolas, donde le encuentro sumido otra vez en las muestras de sangre, cabello y saliva que tomó de Caleb, mirándolas a través de un microscopio.

—Te he traído el desayuno —le informo, dejando encima de la mesa una botella de zumo y un emparedado de pollo.

—Uh-huh... —masculla sin despegar el ojo del visor.

—Ahora alimento a cuatro bocas. La tienda a la que voy normalmente estaba cerrada, así que...

—Nevi —masculla Nee, y levanta la cabeza para mirarme con rigidez, forzando una sonrisa nada amable—. ¿Por qué necesitas informarme de cada maldita cosa que haces?

Ruedo los ojos meneando la cabeza. Tiendo a olvidar que el humor de Nikolas no es el mejor cuando está concentrado en algo y es interrumpido. Abro la envoltura de mi emparedado y le doy una mordida. El estómago me ruge abruptamente con el sabor de la comida y caigo en cuenta de que no he comido nada en casi veinticuatro horas. Por poco que sea... esto es algo.

—¿De pronto no soy bienvenido aquí? —bromeo para molestarlo un poco más. Se lo tiene merecido por todas las veces que él se mete conmigo.

—Eres algo inoportuno, a decir verdad. ¿Quieres progresos o no?

—Vale, te dejo entonces —suspiro. Aunque me gustaría seguir fastidiándolo, me interesa que haga progresos—. Solo he venido a por esa lista. La de cosas que necesitarás para examinar a Caleb.

Nee busca entre sus papeles y levanta uno en el aire, que me extiende. Yo lo leo rápidamente. Probetas de distintos tipos, jeringas de variados calibres, un termómetro, sueros y vías, catéteres venosos... nada que no se pueda comprar en una farmacia. Pero conforme sigo leyendo, voy encontrando cosas cada vez más extrañas.  Tubos para muestras, un oxímetro, un fonendoscopio...

—¿Qué demonios es un esfigno... esfigmona... esfigmamo...?

—Esfigmomanómetro —Nee me quita la nota de las manos con hastío y tacha la palabra tan duro con la pluma que deja un surco en el papel. Entonces anota justo al lado de esta otra palabra: "Tensiómetro"; y me la entrega de vuelta—. Pregunta en la farmacia. No esperes que cueste barato.

—¿Y cómo diablos esperas que consiga todo esto? Ni siquiera puedo pronunciar la mayoría. 

—Es curioso que preguntes eso cuando eres tú el que espera que yo consiga la cura a la licantropía. Tienes suerte de no tener que comprar una centrifugadora. —Basta con ver el modo en que enarca las cejas para saber que me saldría bastante más caro que un tensiómetro, o como se llame—. No tengo la maquinaria necesaria aquí para analizar muestras como es debido, de manera que tendré que recurrir a uno que otro contacto a cambio de uno que otro favor. De momento todo lo que puedo hacer son prueba simples.

—Supongo que es lo más justo... —murmuro, guardándome la nota en la chaqueta.

—Supones bien. Ahora lárgate para que pueda concentrarme.

Ruedo los ojos con un meneo de cabeza y salgo de la habitación para dirigirme a la estancia principal, en donde los chicos están comiendo.

Los chicos me ignoran cuando aparezco frente a ellos, y noto que están pendientes del televisor.

—¿Qué es tan interesante? —les digo, sentándome junto a ellos.

Están viendo las noticias.

—"Esta vez, Pennsylvania se une a la tenebrosa cadena de sucesos criminales que incluso para los más escépticos, raya en la ficción. Víctima de un misterioso asesinato ha sido el gerente del popular club "Vivicus", quien ha sido hallado en un callejón anexo al club, sin muestras de violencia física, salvo  dos heridas punzantes en el área de la garganta. Tras un examen forense se ha dilucidado que la víctima había sido sustraída de cuatro litros de sangre del cuerpo" —comenta la reportera. 

Al pie del noticiero aparece un recuadro con el encabezado: "Nueva víctima del "vampiro" de la Costa Este, ahora en Philadelphia"

—Un vampiro —comenta Micah, levantando el rostro para verme— ¿Uno real?

—Shhh —lo chisto.

—"Por el momento, las autoridades llaman a la calma y prometen ponerse manos a la obra desde ya para hacerse cargo del responsable antes de que decida cobrar otra víctima. Se recomienda a la población de Philadelphia no deambular de noche sin acompañante, y a imponer un toque de queda a los más jóvenes. Siga sintonizándonos, pues seguiremos informando."

Me levanto de golpe, dando un resoplido y me aparto del grupo para ir a un extremo de la fábrica donde usualmente dejo mis pertenencias cuando me quedo un par de días aquí. Han sido días demasiado agitados, pero me agrada mantenerme en movimiento. Saco todo lo que hay dentro del bolso y empaco lo que considero que más vaya a servirme en esta ocasión.

—¿Entonces es cierto? —pregunta Micah.

—Eso parece. Siempre podría ser algún idiota que ha visto demasiadas películas, pero sea quien sea, debe ser detenido; sobre todo si se está metiendo con mi área de trabajo.

—¿Vas a ir a por él?

—Si es así de descuidado, de seguro es un "recién nacido", así que matarlo será sencillo. Lo difícil será rastrearlo. Tienen apariencia humana y... ¡Demonios, Whitey! No es momento de darte una clase de mitología ahora mismo. Si tengo suerte, puede que me encargue de él hoy mismo.

Nikolas no tarda en aparecer detrás de mí, estirando los brazos con expresión somnolienta. Contengo el impulso de decirle que se vaya a dormir; no ahora que está tan cerca de llegar a algo... Es Nee, sé que ha pasado muchas más horas sin dormir en su vida.

—¿El deber llama? —pregunta con cierta sorna.

Con la aparición de Nee, Caleb se encoge en su sitio con desconfianza.

—Tranquilo, Spike —le digo—. Ya le he dado un pequeño sermón acerca de sus métodos.

Nee abre la boca y está a punto de hacer un comentario, y yo aprovecho la oportunidad para meterle lo que queda de mi emparedado en la boca para silenciarlo. Aquel lo mastica con pereza.

—Bo hay bingún froblema con mif métodof —dice, con la boca llena.

—Intentare volver por la noche. Nikolas, más te vale portarte bien. ¿Crees poder abstenerte de provocar que maten a todos por un par de horas?

Nee levanta la mano haciendo un gesto de "ok" con los dedos, y sin perder más tiempo me retiro de allí a la carrera sin mirar atrás.

HUNTERS ~ vol.1 | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora