21. Café, chocolate y regalos I - Cassie

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Cassie - Philadelphia

Fábrica - Nov, 9.10am


Cuando abro los ojos, de lo primero de lo que soy consciente es de que estoy sola sobre el colchón. Me giro hacia todos lados, pero no hay rastro de Byron. Tampoco de Keeper. Por un instante, pienso que me ha abandonado; que ahora que nos hemos juntado con más gente, con Caleb, con otro niño de mi edad... ya no le merece la pena cuidar de mí. Noto que me empieza a faltar el aire, pero no dejo que los nervios tomen el control de mi cuerpo, así que me levanto. Micah y Abel siguen durmiendo y no quiero despertarlos. El colchón de Caleb también está vacío. Otra vez noto un pinchazo en el pecho. No se habrán ido sin mí..., ¿verdad? Entonces recuerdo que todavía llevo puesta la sudadera de Caleb. No creo que se haya ido sin ella..., ¿verdad?

La luz grisácea de la mañana se filtra por las claraboyas y los ventanales, iluminando la estancia que anoche parecía la más oscura de las cavernas. Recorro los pasillos, con el corazón angustiado. No quiero pensarlo. No quiero ponerme nerviosa, pero no doy con ellos, no están. No puede ser. Por favor, no. Echo a correr por el pasillo hacia el exterior, hacia donde estaba aparcada la camioneta de Chris anoche, pero, cuando salgo, la realidad me golpea como un jarro de agua fría. No está.

Noto mucho vaho saliendo de mi boca, y entonces me doy cuenta de que estoy hiperventilando. Noto las lágrimas que hacen presión contra mis ojos, y finalmente encuentran su camino surcando mis mejillas. No me lo puedo creer. Byron se ha ido sin mí.

Entonces, un ruido me saca de mi tristeza, como el de grava siendo aplastada, y de golpe, veo aparecer la camioneta de color rojo oscuro por el camino, y es como si el cielo se abriera. Distingo a Chris al volante, y a Byron sentado en el asiento del copiloto. También distingo la cara de sorpresa que se le queda al verme. Rápidamente, me limpio los ojos. No quiero que vea que he llorado. Chris detiene el vehículo y apaga el motor, y los dos se apean de él, seguidos de Keeper. Ambos llevan algo en la mano.

— ¿Dónde diablos estabas? Me he preocupado — le riño.

Byron me contempla como si no hubiera hecho nada malo.

— Hemos ido a comprar el desayuno — responde únicamente.

Entonces me fijo en que lo que lleva en la mano es un cartón con seis vasos del mismo material, y Chris lleva una caja bastante grande del "Dunkin Donuts". Me tranquilizo. Soy tonta por haber pensado que podía haberse ido sin mí. Nunca se iría sin mí..., ¿verdad?

— No quise despertarte — añade.

Le miro, y noto que los ojos todavía me brillan por haber llorado, así que bajo la mirada enseguida. Él se da cuenta y una mueca sardónica asoma a su rostro.

— ¿Pensabas que me había largado sin ti?

— Que va — le miento.

— Entonces, ¿qué hacías aquí fuera? ¿No me estabas buscando? — sigue preguntando él, divertido.

— He salido a ver si llovía — me invento.

— Ah... — comenta.

No estoy muy segura de que me haya creído, pero prefiero dejarlo pasar. Chris avanza hacia el interior de la fábrica y los tres, Byron, Keeper y yo, le seguimos. Cuando regresamos a la habitación, veo que Caleb ha vuelto. Se frota el brazo, donde puedo vislumbrar una mancha roja, y me pregunto si habrá vuelto a ser sometido a los experimentos del hombre de la cicatriz en el ojo. El chico vira rápidamente la cabeza cuando entramos, no sé si porque nos ha oído o porque ha olido la comida, pero cualquier cosa podría valer. Sé que ahora es medio perro. Avanzo hacia él y le devuelvo su sudadera.

HUNTERS ~ vol.1 | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora