54. Defensas I - Nevi

274 64 50
                                    

Nevi - Philadelphia
Fábrica Abandonada, Nov 13:40pm


En lo que Nikolas ajusta tuercas, une pequeñas piezas, lija bordes y corta pedazos de metal, no tengo un instante de silencio; pero lo prefiero así. 

Prefiero mantenerme distraído en ello y estar cerca para ayudar en lo que sea que necesite. Y si bien a Nee no le hace demasiada gracia tener que delegar tareas a alguien que no tiene mucha idea de todo esto, al menos me está dejando asistirlo, y eso mantiene ocupada mi caótica cabeza.

Me ofrece de pronto lo que parece ser una máscara cuadrada con un visor de cristal oscuro. La recibo sin saber muy bien qué hacer con ella.

—¿Para qué es esto?

—¿Quieres quedar ciego?

Nee se arma de otra similar, aunque algo más vieja y percudida. Se la coloca en la cabeza, y yo lo imito. A través del cristal tintado no se puede ver casi nada.

—Sostén esto firme. Que no se mueva —me indica Nee.

 Obedezco a la indicación y sujeto para él una pieza de metal alargada sobre una gruesa base del mismo material. Una vez firme, enciende una soldadora y empieza la tarea de aunar ambas partes. La herramienta con forma de pistola emite un ruido molesto y chispas tan brillantes que empiezo a entender por qué es necesario un visor tan grueso y oscuro.

La forma de lo que está construyendo es cada vez más evidente, conforme va sumando piezas. En cierto modo envidio un poco su capacidad para crear tales obras de arte a partir de chatarra.

Tras soldar ambas piezas se quita la máscara, y bajo la misma su pálida piel está sonrojada por el calor. Se seca la frente con la manga de su ropa y se yergue con una mano tras la espalda baja con gesto exhausto. Se detiene por un momento a evaluar su obra, como si fuera un artista admirando las pinceladas más frescas de su pintura.

—¿Estará lista a tiempo? ¿Cuánto crees que vayas a tardar?

—Lo que tenga que tardar.

Ruedo los ojos y levanto las palmas en son de paz. Pero mi curiosidad no es tan fácilmente satisfecha. A pesar de que llevo usando armas similares por largo tiempo, nunca me había parado a pensar en cómo serían fabricadas o la ciencia tras su estructura.

—¿Seguro que tendrá suficiente potencia?

Nee se quita los guantes protectores —los cuales tuve que obligarle a usar— y me observa malhumorado.

—Servirá al propósito para el que la estoy fabricando; como absolutamente todo lo que yo fabrico; sin excepción. ¿Te cabe alguna duda, Nevi? —pronuncia mi nombre de forma retadora, y sus ojos oscuros se clavan en los míos como dardos. Siempre ha odiado verse cuestionado. Mi respuesta tarda lo suficiente como para que estime necesario añadir, con tono lúgubre—: si no te convence y tráeme a unos de los niños. Al chico lobo, para estar más seguros.

—¿Para qué? —inquiero con las cejas en alto, reacio a creer que esté insinuando lo que creo.

Inclina el rostro con una sonrisa maquiavélica.

—Vamos a probar su funcionalidad.

Abro la boca para recriminárselo, pero al cabo de unos instantes cierro los labios y muevo la cabeza. No tiene caso. ¿Lo ha tenido alguna vez?

—Estás de mal humor —aventuro en cambio. 

No hace falta que salga de él; sé lo cascarrabias que se pone cuando alguien interfiere en su trabajo. Y sospecho que más aún tratándose de alguien que desde luego no sabe mejor que él lo que está haciendo. De manera que durante los siguientes minutos me mantengo en silencio, sólo atento y listo para echarle una mano en cualquier cosa para la que pueda requerirme.

HUNTERS ~ vol.1 | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora