30. ''Love me like you do'' I - Cassie

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Cassie - Philadelphia

Fabrica abandonada - Nov, 13:00pm


Nevi coloca la radio en el suelo cerca del enchufe, y aparta el cable juntándolo al descascarillado rodapié de la pared para que no lo pisemos ni nos tropecemos con él. La música inunda la estancia. La acústica no es muy buena porque el eco distorsiona un poco el sonido, pero da igual. Es música. No conozco la canción que está sonando, pero da igual. ¡Es música!

De reojo, distingo a Caleb dejando la estufa que cargó desde el vertedero en un lado de la habitación y acomodando los colchones alrededor de ella, para que todos sintamos el calor cuando la arreglemos. Si la arreglamos. Luego, con la ayuda de Micah, extienden el cable de luces de Navidad que previamente le he dado, lo enchufan en el segundo tomacorriente y lo alargan por la pared, sujetándolo en clavos oxidados que asoman a las paredes y pasándolo por encima de huecos y oquedades, tiñiendo el lugar de varios colores: amarillo, rojo, verde, azul...

— Parece una discoteca — comento, animada.

— ¿A cuántas discotecas has ido tú, Carol? — ironiza Nevi.

— Algún día se te van a acabar los nombres que empiecen por C, ¿sabes? — contraataco.

— Eso no es problema, Sharon.

Bufo.

— ¿Y si empiezo yo a hacer lo mismo? — le digo.

Por toda respuesta, Nevi hace un gesto, invitándome a ello. Le miro un instante pensando en algún nombre extraño para llamarle.

— Rufus.

Nevi suelta una risotada.

— Lo has intentado, Nancy.

Y se da la vuelta, dispuesto a irse.

— ¡Albus, Peter, Harry! — le grito, pero él no se gira. — ¡Percy, Ron... Thomas...! — Titubeo. No se me ocurren más. — ¡Voldemort! — le chilló por último, y lo oigo reírse en la distancia.

Hago un mohín, pero respiro y lo dejo pasar. Me doy la vuelta y contemplo al resto. Keeper mira curioso a las luces, ladeando la cabeza y ladrado cada vez que las luces cambian de color. Y no es el único que las contempla. Abel también lo hace, con cierta fascinación, y sonrío antes de acercarme a él.

— ¿Te gustan? — pregunto.

Él pega un bote al escucharme. De nuevo, no se lo esperaba. Me río un poquito y le señalo a las luces. El niño asiente con la cabeza.

— Ya verás, poco a poco haremos de este feo lugar un sitio bonito. Quizá encontremos luces violetas la próxima vez — lo animo, recordando que era su color favorito.

Abel me mira. Aunque no sonríe, parece que sus ojos lo hacen por él. En ese momento, empieza a sonar una nueva canción, y Caleb avanza hacia la radio.

— ¡Oh, esta es muy buena! — exclama, subiendo el volumen. — Está en el top ranking de los éxitos de este año.

Tampoco conozco la canción. Lo cierto es que en el orfanato no nos ponían mucho la radio, solo películas, y tampoco muy modernas. Suena algo así como un teclado muy suave, seguido de la voz de una chica.

You're the light, you're the night, you're the color of my blood...

Tiene una voz bonita.

You're the cure, you're the pain, you're the only thing I wanna touch...

Caleb nos contempla a los tres, especialmente a mí.

— ¿En serio no la conocéis? ¿Ellie Goulding?

Los tres negamos y él suspira. Yo sonrío. Es la primera vez que lo veo actuar como lo que es, un adolescente. Luego me vuelvo hacia Abel. Lentamente, empiezo a mover los hombros y la cintura, tontamente, pero dejándome llevar por la música. El niño me contempla, inseguro. Le sonrío. Y suavemente para no asustarle, le tomo las manos. Están frías en comparación con las mías, pero no me importa. Al principio, el pequeño se asusta, pero le vuelvo a sonreír para tranquilizarlo. Él busca la mirada de su hermano y, al verla y ver cómo esté asiente y le sonríe, vuelve a mirarme a mí. Vuelvo a mover sus brazos al mismo tiempo que me muevo yo, esperando que él me siga. Poco a poco, el niño va perdiendo el miedo, aunque noto el rubor de sus mejillas, y río. Sigo bailando, tratando de contagiarle mi espíritu, al tiempo que la música inunda la fábrica.

So love me like you do, lo-lo-love me like you do, touch me like you do, to-to-touch me like you do...

Abel se va moviendo poco a poco, torpemente, pero tratando de imitarme, y lentamente veo como una sonrisa va asomando a su rostro. Noto cómo todos nos miran, incluso Nevi desde el fondo de la habitación. Abel se gira de vez en cuando para mirar a su hermano, como si quisiera asegurarse de que sigue mirándole, como si estuviera orgulloso de estar haciendo eso. Caleb sigue junto a la radio, dando pequeño y suaves golpecitos al aparato al ritmo de la música, sin dejar de mirarnos. Incluso las luces bailan con nosotros.

Only you can set my heart on fire... — sigue cantando la chica.

Veo los ojos rosas de Abel clavarse en mí, y el rubor de sus mejillas parece haberse ido.

— Eres un gran bailarín, Abel — le digo.

Y solo consigo que se quede congelado en el sitio y su cara vuelva a arder colorada de vergüenza. Hace por soltar mis manos, pero no lo permito. Le mantengo el agarre, y le sonrío.

What are you waiting for... — la canción nos anuncia que vuelve el estribillo.

Si soltar a Abel, lo atraigo hacia mí tirando de mi brazo derecho al tiempo que lo levanto, haciéndole pasar a él por el hueco, dándole una vuelta. El muchacho parece sorprendido por el movimiento, pero le sonrío, otra vez. Nunca me cansaré de sonreirle.

Love like you do, lo-lo-love like you do...

Y seguimos bailando.

HUNTERS ~ vol.1 | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora