24: Perdedor

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Dedicado a mi linda whitewitch87 que fue creo que mi segunda lectora en Wattpad. Agradezco mucho que aun sigas aquí, Nata. Besos❤ 

—¿Andrés? —reconocí aquella voz femenina

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—¿Andrés? —reconocí aquella voz femenina.

Manu y yo nos volteamos y la encontramos en la puerta de su departamento, al parecer iba saliendo con Augusto a su lado.

—Hola, señora Primavera. —Le sonreí y me acerqué, con Manu detrás de mí imitando mis gestos. Esa tarde, como todas las demás, ella estaba radiante.

—No te muevas de ahí —me ordenó—. Belén preparó unos alfajores para ti, para que pudieras estudiar mejor. Hoy salió apresurada y no te los pudo entregar, pero te los buscaré.

¿Belén cocinando algo? ¿Para mí? Habría pagado por ver eso.

La señora Primavera ni siquiera se percató de mi expresión confusa, pues se adentró en su casa de inmediato, dejando al pequeño Augusto con nosotros.

—¿Cómo estás, enano? —Ambos nos saludamos con un puñito, y luego hizo lo propio con Manu.

—Podría estar mejor si me dejaras jugar con tu PlayStation. —Suspiró, con el mismo dramatismo de su hermana mayor—. ¿Y tú? Belén dice que estás triste.

Enarqué una ceja con curiosidad, y a la vez, acusando en mi cabeza a su hermana de ser una chismosa.

—¿Qué más te dijo?

—No me lo dijo a mí —aclaró—, sino a mamá. Si quieres más información tienes que pagarme veinte pesos.

—¿Veinte pesos? —repetí, impactado. A mi lado, Manu soltó una carcajada monumental, mientras que Augusto me miro con júbilo.

—A papá le cobro cincuenta cuando quiere saber las cosas que escucho. A ti te estoy haciendo un descuento porque eres mi amigo.

¿Se supone que debía sentirme afortunado porque no le hacía un descuento a su papá pero sí a mí? No supe si alegrarme o preocuparme porque al chico le gustara tener dinero desde tan pequeño. Lo peor de la situación es que saqué mi cartera para pagarle, sin embargo, su mamá llegó en ese momento, interrumpiendo nuestro intercambio.

Augusto fingió inocencia, como si no me hubiera ofrecido los secretos de su hermana por veinte pesos.

—Aquí tienes. —La señora Primavera me entregó una caja azul, que asumí que tenía los alfajores dentro—. Belén los hizo con mucho cariño.

—Gracias.

Ella negó con la cabeza y me despeinó un poco el cabello, haciéndome sonrojar.

—Dale las gracias a ella. Y en cuanto a ti... —Se volteó, frunciéndole el ceño a su hijo pequeño—. Te escuché cobrarle a Andresito por contarle cosas sobre tu hermana. La próxima vez te castigaré. —Augusto abrió la boca para quejarse, pero ella le hizo una seña con suficiente autoridad, que hizo que su nene asintiera con resignación. Finalmente se volvió hacia mí y me sonrió—. Que disfrutes tus alfajores, cariño. Nosotros nos vamos. Saludos a Pía.

Una sonrisa por alfajores © ✓ | (Watty 2019)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora