30: Un simple beso

21.3K 2.9K 746
                                    

¡Hola! Los siguientes capítulos serán flashbacks, donde Belén y Andrés tendrán 12 y 13 años (respectivamente), así que antes de criticar sus reacciones, recuerden que eran unos chicos :(. Otra cosa, aquí verán pensamientos de Andrés que quizá no imaginaban que él tendría a los 13; pero he de constar que antes de escribir estos capítulos le pedí consejos a hombres sobre cómo se sentían a esa edad xD

Dedicado a hmsxliscool por todo el apoyo, por leer muchas veces mis historias, y por querer tanto a los personajes. Que lo disfrutes, chiqui.

(El día de los alfajores, parte 1 - Un simple beso)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

(El día de los alfajores, parte 1 - Un simple beso)

5 AÑOS ANTES

—Menos mal que Manu nos grabó —comentó Belén mientras nos subíamos al elevador—. No puedo esperar a que mamá y papá vean el video.

—Estarías devolviéndome el favor si no le enseñas ese video a nadie.

—Te acabo de comprar una tonelada de alfajores, ya mi deuda está saldada.

Que Belén y yo fuéramos mejores amigos tenía pros y contras. Entre las cosas buenas me gustaba destacar: que siempre estaba cuando la necesitaba, que era graciosa, que se interesaba por todo lo que yo tenía para decirle, y que, incluso, cuidaba de mí en el colegio.

La gente profesaba que los varones debíamos cuidar de las niñas, pero con Belén todo siempre era al revés, y esta no era la excepción.

Podría decirse que mi «estilo» llamaba la atención de otros chicos del colegio, quienes solían burlarse de mí en los recreos. Les causaba gracia que yo usara tres relojes —como Emmet Brown, alias el Doc, que era uno de mis personajes cinematográficos preferidos—, o que siempre interviniera en clases, o que mis lentes fueran redondos. Incluso iniciaron el rumor de que mi papá no me había dado su apellido por sentirse avergonzado de alguien tan perdedor como yo.

Yo intentaba ignorarlos, pero cada vez que Belén era testigo de la forma en la que se burlaban de mí, explotaba. Ella era capaz de gritarle a quien fuera, y en una ocasión, la suspendieron dos días por golpear a dos chicos del último curso, quienes, por fortuna, no se defendieron ni le hicieron daño.

A veces deseaba poder cuidar de Belén como ella cuidaba de mí.

Entre las cosas malas de ser amigo de Belén, estaban los favores que me pedía. El último de ellos fue bailar Baby One More Time de Britney Spears en la competencia del colegio, para así poder demostrarle a las chicas del grupo de coreografía que ella merecía entrar. Yo acepté porque me prometió comprarme la cantidad de alfajores que yo quisiera.

Así que la hice gastarse toda su mesada en decenas de alfajores, que ahora estaba dispuesto a compartir con ella.

—¿En tu casa o en la mía? —pregunté, cuando el ascensor nos dejó en nuestro piso.

Una sonrisa por alfajores © ✓ | (Watty 2019)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora