Belén hará todo por saber quién es su padre biológico mientras intenta recuperar su relación con Andrés, su vecino y amigo de la infancia.
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Tras la profunda curiosidad sobre el paradero de su padre biológico, Belén comienza a indagar más acerca d...
Dedicado a xxrossgk. Gracias por el apoyo, cosita linda. ¡Que lo disfrutes!
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(El día de los alfajores, parte 3 - Me lastimas)
5 AÑOS ANTES
Ahora que Andrés me estaba besando, no entendía porqué todo el mundo decía que esto era la gran cosa. ¿Era normal que uno se llenara tanto se saliva? Quizás era Andrés el de la mala puntería, dado que terminó paseando su lengua por mi barbilla.
No negaba que una pequeña parte de mí sintió un cosquilleo extraño en el estómago, pero creo que era por lo incómodo del momento. Cuando creí que habíamos pasado suficiente tiempo "besándonos", me separé de él.
—Eso fue... raro —reconocí, y no pude evitar reírme al notar su expresión embobada.
—¿No te gustó?
—Creo que la idea era que metieras tu lengua en mi boca, no que me lamieras la cara como si fueras un Golden Retriever.
—Podemos hacerlo otra vez. Quizá nos sale mejor.
En realidad ni sabía porqué yo lo había sugerido en primer lugar. Había fastidiado a Andrés con la posibilidad de que yo le gustara, pero sabía que no era así. Lo último que quería era que él pensara que me gustaba a mí.
Me pareció extraña su expresión, lucía preocupado y con las mejillas rojas.
—No lo creo, además la idea era... —De manera inconsciente, mis ojos bajaron y notaron algo inusual más abajo de su cintura. Me llevé la mano a la boca para no gritar o reírme de inmediato—. ¿Qué es eso? No me digas que... —Andrés se apresuró y cubrió su entrepierna con una almohada— Oh por Dios. ¡Por Dios, por Dios, por Dios! ¿Acabas de tener una erección? Esto es tan emocionante. ¿Qué se siente?
Tenía que ser una erección. ¡Lo habíamos visto en una charla de educación sexual en el colegio! Jamás había visto un... miembro masculino, de hecho, ni siquiera me atrevía a mirarlos mucho en los libros de biología, pero ese bulto en Andrés tenía que ser una erección. No sé porqué lo encontraba emocionante.
Esperen un segundo.
¡¿Ya Andrés se había desarrollado?! ¡No me lo había dicho! En cambio yo sí había compartido con él mi primer período —y hoy en día me avergonzaba de lo inocentes que fuimos—. Más que compartir, él fue un protagonista ese día.
Una tarde del año pasado, mientras veíamos series en mi casa, tuve que ir al baño, y cuando vi una mancha de color marrón en mi ropa interior, lo primero que hice fue llamar a Andrés para que me ayudara a descubrir lo que era. Su respuesta fue: «hiciste pupú y no te diste cuenta». Unos segundos después, pareció recordar que yo era una niña y me dijo que quizás era mi primer período, así que corrió a llamar a mi mamá y a decirle que me había bajado.
