»Mi mal« [Yoonseok]

Capítulo 77: Nunca jamás.

Tristeza, enojó, decepción, ganas de llorar, todas estas cosas sentía Hoseok al seguir caminando, después de los últimos mensajes de Yoongi, su caminar era lento, cabizbajo, con sus manos en los bolsillos de su pantalón, con sus ojos picando pero sin querer derramar gota alguna. No le cabía el hecho de que Yoongi primero quisiera verlo y ahora simplemente decía que no y se iba, lo volvía a dejar así como lo había hecho hace años, llendose sin más, sin dejarle explicar, sin escucharle, tan solo dar la vuelta y marcharse como ni nada se estuviera destruyendo a sus espaldas, siendo siempre tan egoísta.

¿Cómo podía seguir amando a una persona así? ¿Porqué? Le dolía todo el asunto, pero sabiendo que aún así, no puede olvidar al mayor, no puede olvidar tales sentimientos. A un principio cuando le dieron la noticia de que colaboraria con él, se asustó sí, a la vez que pensó que no sentiría nada por él, pero cuando lo vio fue inevitable no enamorarse más de él, de su primer amor, su primer novio, su primer beso, su todo y aunque hubiese sido un maldito con él, el amor no se fue, Yoongi podría mejorar de eso estaba seguro pero ahora, lo estaba dudando poco.

Pateando las pequeñas piedras que entraban por su visión, algunas con enojó, otras con tristeza, moviendo su cabeza de un lado a otro intentando emitir algún sonido de su cuello pero fallando en el intento, suspirando frustrado al no lograrlo. Pasando por el restaurante en el cual estuvo con Jin, Jimin, Jungkook y Taehyung hace poco, pensando en lo que pasó en ese momento, al mirarlo fuera, alejandose de él, sin siquiera mirarle, ignorando sus llamados con desespero, desgarradores y llenos de lágrimas.

Y ahora que lo pensaba todo bien, si todos los sucesos pasados con Yoongi ocurrieron en la zona donde el mayor trabaja, lejos de su casa, de su compañía y donde lo mandó a encerrar egoistamente, entonses.... ¿Porqué lo había visto fuera de ese restaurante? Estaba claro que Yoongi estaba en su zona lejos de su verdadera casa.

Yoongi fue y volvió un par de veces sólo por Hoseok.

Entonses ¿Porqué había venido si nisiquiera quería verle? ¿Acaso solo buscaba a Namjoon? ¡Ahora todo era él! ¿Dónde quedó Hoseok? ¿Ya no le importaba? Todo el asunto le dolía a Hoseok, tanto así que se sentía miserable, culpable por ocasionar todo.

«Si tan solo no hubiese sido tan estúpido hace años... hasta la fecha sería feliz con él».

Pasando por el parque cerca de su casa miraba como varias personas se encontraban felices, otras con sus parejas, algunos con sus familiares, niños jugando con alegría, sin problemas algunos, siguiendo sus vidas, mientras que él, seguía su vida en el pasado, en dolor, en decepción de sí mismo, del daño que le causó a la única persona que amó y amara en su vida. El solo ver a todas esas personas ser tan felices le formó una ligera sonrisa cargada de lágrimas por venir, mordiendo su labio bajó la mirada apretó sus manos en puños y comenzó a caminar más rápido, no lloraria frente a otras personas, odiaba que desconocidos le preguntaran por su estado ¡A ellos no les importa!

Sin importarle con quién se chocara, sin importarle quién le insultara por no fijarse en su camino, sin importale nada, nisiquiera sus torpes caídas y las personas que quisieron ayudarle, corrió ahora hacia el mismo destino, no volvería de nuevo con los demás chicos, sentiría vergüenza, haberse visto tan feliz y volver como una mierda, no, iría a su casa y punto. Su teléfono sonaba más solo lo ignoraba, hablar con alguien era lo que menos quería en ese momento sólo quería llegar a su casa y llorar nuevamente como los días anteriores. Sonaba y sonaba y en algún momento pensó en tomar ese aparato y lanzarlo lejos, lo cual no terminó haciendo.

A paso rápido terminó llegando a su casa, la cual a primeras miró desde el exterior, hacía tiempo que no estaba en ese lugar, cuando estaba se sentía solo, excepto cuando estaban Jungkook y Jimin pero últimamente era agobiante el estar todo un día encerrado allí, sin nadie ni nada que hacer, teniendo en tu mente los recuerdos de un amor que alguna vez llegaste a tener. Con desgana pero rápidez se acercó a la puerta principal introdujendo torpemente la llave correspondiente, girando esta una vez dentro, sus ojos picando amenazantemente ahora dificultandole la visión por las vecinas lágrimas que asomaban, abrió de golpe, quitando las llaves y entrando, cerrando con fuerza, con enojó.