CAPITULO 1

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La mañana se había convertido en un completo desastre. YeRi se cansaba de tener la misma discusión con su abuelo una y otra vez. Todos los días era exactamente lo mismo, y poco a poco se cansaba de todos sus malos tratos, no podía continuar con esa mala vida. No podía permitir que su niño de tan solo 5 años, continuara viviendo todos esos malos tratos que su abuelo le daba a los ambos.

—Eres igual que tu estúpida madre— le comparó enojado. Caminaba de lado a lado por toda la oficina—. No veo la hora en la que te cases con cualquier vagabundo que conozcas y te largues de esta casa de una maldita vez— le repudiaba verla—. Solo estorbas.

—Y ¿porque tendría que irme de esta casa?— le retó—. Esta casa me pertenece. Mi padre me la dejo a mi como herencia, usted lo vio perfectamente en el testamento. Esta muy claro ese testamento— le recordó.

YeRi le hablaba no solo con tono retante, si no amenazante.

—Será mejor que te calles, YeRi— le ordenó fulminando con la mirada—. Continua hablando y sabrás lo que soy capaz de...

El sonido de la puerta al abrirse, los interrumpe. Dejando ver a la empleada domestica, entrar junto con el pequeño HyunSeok llorando.

—Señorita, disculpe— hablo la empleada preocupada por la situación en la que podría estar metida.

—¿Que pasó, mi amor? ¿Por qué lloras?— le pregunto a su pequeño al bajarse a su altura para quedar cara a cara—. ¿Que fue lo que pasó?—Le pregunto a la empleada.

—Lo que... Lo que paso fue que... Estaba corriendo por los alrededores y chocó conmigo, y sin querer derrame en su ropa los vasos con jugos que llevaba en la bandeja— le informa lo sucedido.

—Ya mi amor, ya paso. Tranquilo, mi amor. No pasa nada. Es solo jugo— le decía a su pequeño para tranquilizarlo.

—Le juro que no fue mi intención hacerlo, solo sucedió de repente. Se lo juro— la empleada se arrodillo frente a ella, juntando sus manos frente a su rostro. Rogaba para que no la despídase.

—No. No haga eso— le pide YeRi a la empleada—. Levántese, no tiene que rogar.

—No me despida, por favor. Necesito el trabajo, tengo una familia hija que mantener.

—Tranquila, no la despediré. Sé que tiene una niña que mantener— le sonrió de medio lado—. Jamas la despediría. Usted es la única que trata a mi niño como si fuera suyo, y estoy sumamente agradecida por eso.

—Solo hago mi trabajo, señorita— le dice ella aliviada de que le haya dicho que nunca la despediría—. Muchas gracias, Señorita. Le juro que no volverá pasar, se lo juro.

*****

DongHae se levantaba de su cama, después de una noche de tragos, junto con EunHyuk. Se ducho y visto, para luego ir a desayunar. Deseaba con todo su corazón que su padrastro, el señor Choi YongWoo, no se encontrase por ninguna parte de la casa. Bajo las escaleras y para su suerte, él no se encontraba, no estaba por ninguna parte de la casa. Decidió sentarse y tomar el desayuno con tranquilidad.

—Mi niño, anoche llegaste demasiado tarde— le regaño su nana al traerle el desayuno a la mesa—. ¿Donde andabas? Me tenias preocupada. Te espere despierta, pero nunca ate escuche llegar.

—Tranquila, nana. Estoy bien— le indico dandole un abrazo.

—¿Donde andabas, DongHae?— le preguntó por segunda ves, tomando asiento frente a él, luego de haberse separado de aquel abrazo.

—Estaba con EunHyuk, nana. Anoche fuimos por algunas copas al antro— le informo, seguido de meter en su boca una cucharada de aquella sopa que tanto le gustaba tomar en las mañana, luego de una borrachera.

Bajo Un Contrato  {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora