CAPÍTULO 7

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Los días pasaron rápido y regresaban a lo que seria su nuevo hogar. YeRi se quedo asombrada por lo enorme que se veía la casa en su interior. Le agrado la idea que fuera espaciosa, aunque de no serlo, no le importaría mucho. Su relación no era real, era solo un convenio.

Tomó a su pequeño de la mano y fue en busca de una habitación cómoda para ella y su pequeño. Miraba todo a su alrededor y se percató que le faltaba un poco de ese toque femenino. Estaba vacía y silenciosa, se podía escuchar el eco al hablar. La casa no tenia sirvientes y eso explica el por qué se encontraba tan vacía. Tenia que al menos contratar dos o tres sirvientas. De lo contrario, no podría con todo el mantenimiento de la casa y mucho menos teniendo a un niño dentro de esta.

—La casa es muy bonita— le comunica YeRi embobada mirando todo a su alrededor.

—Si, si— dijo DongHae sin darle mucha importancia al elogio que le acaba de dar a su casa—. Estas aquí solo por un acuerdo. Así que usted aya y yo acá.

Con su dedo indice hizo un va y ven. En silencio asintió.

—¡Mami! ¡Papi!— gritaba el pequeño quien venia corriendo hacia ellos muy contento.

—No corras, mi amor. Te puedes caer.

El pequeño llego a donde ella y la abrazó.

—Me gusta, mami. Me gusta mi nueva casita— la mirada del pequeño reflejaba mucha emoción. Provocando en DongHae al menos una sonrisa.

¿Te gusta?— le pregunta DongHae agachándose para quedar a su altura.

—¡Mucho!— respondió los mostrando felicidad—. Es bonita, como mi mami

YeRi se sonrojo de inmediato al escuchar las hermosa palabras de su pequeño. No había día que su pequeño HyunSeok, no le recordara lo linda o bonita que es ella. Su niño siempre ha sido cariñoso y amable con todos. Al único que no le mostraba cariño era su bisabuelo. Le tenia mucho miedo.

—Iré a ver los alrededores— anuncia DongHae dejándolos solos.

YeRi lo observo marcharse en dirección a la puerta trasera que da al patio de la casa, pero al escuchar su móvil sonar, se detuvo para alcanzarlo en el bolsillo del pantalón. Desbloqueo la pantalla del móvil, respondió, pero continuo su camino desapareciendo de la vista de YeRi.

—Mami, afuera hay una piscina ¡enorme!— dijo emocionado.

YeRi comenzó a reír. Estaba contenta de que por fin pudiera estar tranquilo y sobre todo feliz.

—¡Ahora puedo nadar todos los días!

—¡Eh!— YeRi levanta uno de sus dedos deteniéndolo inmediatamente—. De ninguna manera— le indica tocando su nariz con la punta de sus dedos—. Durante la semana no podrás utilizar la piscina. Solo los fines de semana. ¿De acuerdo?

Si algo bueno que tenia su niño entre todas las cosas buenas, era que su niño es sumamente comprensivo y entendía cuando su madre le daba ordenes. No siquiera le respondía, simplemente asentir y sonreía.

—Vamos acomodar las cosas en al habitación— le dice agarrándolo de la mano para subir las escaleras.

—Mami, quiero dormir solito.

Le dejó totalmente sorprendida. Tuvo que procesar dos veces lo que su niño le había dicho. De verdad quiere dormir solo? Donde había quedado el niño que necesitaba a su mamá para dormir todas las noches?

Luego de unos segundo de procesar sus palabras, volteo a verlo.

¿Quieres dormir solito?— le pregunta sorprendida. El pequeño solo asintió—. Pero si siempre dormimos juntos, mi amor.

Bajo Un Contrato  {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora