CAPITULO 6

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El gran día había llegado y YeRi no estaba nada contenta con todo lo que había pasado durante todo se tiempo. Su abuelo le había hecho la vida imposible durante todo el tiempo, y esta era la única manera de deshacerse de él, o eso ella creyó. Su hijo es primordial ante todo y no lo pondría en peligro por nada en el mundo por culpa de las amenazad de su abuelo.

Las empleadas entraban y saliendo con las decoraciones, las colocaban en los lugares designados para que los invitados los vieran al entrar. La maquillista le daba color a su rostro y la estilista retocaba el cabello. Terminaron los retoques en ella y le trajeron el vestido de novia. Era un vestido de ensueño, cualquiera hubiera querido tener un vestido como el que ella usaría. Un vestido en línea "A" con mangas de encaje, y media espalda con él mismo encaje de las mangas, dandole un poco de transparencia. Una cola espectacular, larga para hacerla ver como toda una reina. Su nana no se había equivocado con aquel vestido, era perfecto para ella.

—Señorita YeRi— le llamo una de las sirvientas.

¿Si?— responde mientras se coloca los aretes y la pulsera fina que había comprado.

—El pequeño HyunSeok esta listo para salir. ¿Desea que se lo traiga aquí?— le pregunta.

YeRi se giro hacia ella y respondió:

—Si, por favor— le mostró una leve sonrisa.

—Como mande, señorita— hizo una reverencia.

—Gracias.

Donghae se alistaba en otra de las habitación de la mansión Min. Pensaba en que de ahora en adelante no tendría que pensar en que no perdería la casa que por ley le pertenecía. Por fin dejaría de vivir ese infierno al lado de su padrastro.

Se mudaría a la mansión Lee, la que su padre dejo al momento de fallecer. La mansión era mucho más grande que la de su madre. Por lo menos ahora viviría en paz. El único dolor que siente es que su nana no podía irse con él, a la nueva casa. Su sido como su madre desde que su madre lo abandono cuando era niño. Ella ha sido su madre todo estos años.

—Joven Lee— hablo el viejo Min.

—Pase— respondió sin mucho animo desde el interior.

Desde que YeRi le confeso sobre la amenaza de su abuelo. Él comenzó a odiarlo. ¿Como un abuelo podría amenazar a su propia nieta con arrebatarle a su hijo de las manos? Eso es totalmente inaceptable.

—Le estoy entregando una parte de mi— dice el muy sin vergüenza como si le interesara el bienestar de su nieta—. YeRi no ha tenido la mejor de las infancias. Por algo se la estoy entregando a usted. Confío en que usted curara todas sus heridas.

—Y ¿que le hace pensar que queremos hacer todo esto?— espeto de mala gana. El viejo solo comenzó a reírse.

—Joven Lee. Esto nos conviene a los dos— le aseguro—. Usted estuvo de acuerdo en unir nuestras empresas.

—Unir empresas, lo que se dice unir, no. Solo busco que el imbécil de Choi me quite lo que me pertenece.

—Bueno, ya es muy tarde para arrepentirse, ¿no cree?

—Lo tengo muy claro, peor que le quede claro una cosa. Esto no lo hago por ella y mucho menos por usted.

*****

—Mi niña, estas hermosísima— habla su nada sumamente emocionada, comenzando a derramar algunas lagrimas.

—No llores, por favor— le tomo de la mano con ternura.

—Mi niña...— apretó sus manos—. Lloro porque a partir de hoy no podré estar contigo— dijo llena de tristeza.

—Tranquila— intento calmarla—. Me podrás visitar cuando quieras— le abrazo consolándola.

Bajo Un Contrato  {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora