Febrero
Febrero estuvo marcado por una ola de frío, varias nevadas cayeron sobre la finca, provocando el retraso de varias competiciones, alguna enfermedad de huesos en los animales, y la cancelación de un par de programas de exhibición, que estaban ya concertados.
También cayó una intensa nevada sobre mi pecho, haciendo que se congelaran mis manos, a la hora de descolgar el teléfono y hacer una llamada.
Os lo explico bien.
Cuando Mimi me comentó que últimamente algunas críticas le habían hecho daño, y vi en sus ojos, que realmente estaba afectada por aquello, me dejó algo preocupada. Así que, una tarde de sábado en la que me quedé en casa, debido que uno de los eventos se había cancelado, no dudé en entrar en twitter y teclear su nombre, para comprobar si había pasado algo que le hubiese podido influir y empeorar su ánimo.
Encontré algunas críticas con mucha maldad contenida, tras cuentas anónimas, un artículo escrito probablemente por un periodista que odiaba a las mujeres que le plantaban cara a la vida, y para mi desgracia, también encontré una foto de una portada de la revista Cuore, donde en una esquina, la noticia decía así:
Lola Indigo, descansa unos días en Ibiza, antes del estreno de su nueva canción. Nos la encontramos muy bien acompañada.
Al morboso titular, lo acompañaba una foto borrosa, pero donde se veía claramente que estaba en la mesa de un restaurante, y agarraba la mano de una chica morena, cuyo rostro no se apreciaba con claridad.
Me repetí a mí misma: puede ser una amiga, Mimi es muy cariñosa, también me dije: es normal que esté conociendo a alguien, no estamos juntas, y por último, me hacía recomendaciones a mí misma: Miriam, ahora esto no te puede afectar, era un riesgo que corrías. Si es cierto, por mucho que la quieras, tendrás que aceptarlo y alegrarte por ella.
La noticia no me influyó, ni me desestabilizó con la fuerza que lo habría hecho meses atrás, pero por ejemplo, ya no me salió llamarla esa noche, ni esa noche, ni ninguna. La verdad, no me sentí capaz, no me sentía con esa potestad de llamarla de repente, y meterme en su vida. Y más, una vez que llegó él, y mis rutinas cambiaron, dejándome menos tiempo libre, aún.
* * *
Septiembre
<<Bienvenidos al vuelo con destino Madrid, España, y salida desde Colonia, Alemania, Ryanair les desea un feliz vuelo >>
Sólo escuchar Madrid por megafonía, ya me produjo cosquilleo, una nueva vida se acercaba y de sólo pensarlo volvía a darme un poco de vértigo, aunque debo reconocer que, era un vértigo bueno, nada comparado con lo terrorífico que me resultó hace justo un año, dar el paso de venirme a Alemania.
—¿Nerviosa? —me preguntaba él, desde el asiento de al lado agarrando mi mano.
—Un poquito —respondí entre dientes.
—¿Tú?
—También —Suspiró. —Después de estos meses tan desconectados, da un poco de miedo, este cambio.
—Va a ir bien —le aseguré con una sonrisa en mis labios.
Su llegada me había traído muchas cosas buenas estos últimos cuatro meses: compañía, risas, complicidad, ganas de seguir creciendo, y ayuda. Me ayudó a dos cosas, que fueron claves en lo que vino después: me ayudó a conocerme a mí misma, y me ayudó a encontrar trabajo en España, una vez que, concluyó mi formación en Witten.
—Lo sé, estás tú conmigo, va a ir bien, pase lo que pase —dijo, apretándome contra su pecho y dándome un beso en la frente.
Un aviso por megafonía nos alertaba de nuevo, para que nos abrochásemos los cinturones de seguridad, porque íbamos a realizar el aterrizaje.