Quizá estoy actuando de una manera muy inmadura, infantil, ridícula... Pero no me importa solo quiero estar tranquila.
Ante ayer me salí del instituto antes de la hora de salida. Ayer no fui a estudiar. Hoy tampoco quise ir. Llevo dos días sin dormir en casa, creo que hoy jueves será el tercer día que no duerma en mi cama.
Tengo cargado el celular, con saldo, con perfecta señal, sumando todas mis redes sociales tengo más de trescientas llamadas y mensajes sólo de mis amigas, uno que otro conocido también ha intentado comunicarse conmigo pero ningún mensaje o llamada es de mi mamá.
Creo que ni siquiera se ha dado cuenta que no he dormido en casa y estoy todavía más segura, por desgracia, que no le importo, ni un poco, a mi mamá.
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—Señorita Holmes... —Anne levantó la cabeza de los papeles que estaban en una carpeta en el escritorio.
—Dime... —le respondió a su secretario.
—La busca un jovencito... Ya le dije que no puede revivirlo pero está muy insistente.
— ¿Mi hija? Nunca viene por acá...
—No es su hija, el muchacho se llama Harry Davis.
—No es cierto —murmuró desesperada, sosteniendo su cabeza como si fuera a caerse de su cuerpo.
—Llamo a seguridad para que lo saque si gusta.
—No —grita escandalizada incorporándose casi de un salto—, pásalo.
—Sí —dijo el secretario y salió para traer a Harry.
Segundos más tarde Harry Davis ya estaba en su oficina con una fingida inocencia, hasta pidiendo permiso para sentarse.
—No.
— ¿Por qué Any?
—Porque no te puedes sentar... Es más, dime qué demonios haces aquí —musito enojada.
—Estoy de visita.
—No estoy bromeando Harry... ¿Cómo averiguaste donde trabajo y qué haces aquí?
—En serio Any... Media hora en internet hace maravillas. Llevo viniendo dos días y siempre me dijeron que no estabas, ¿por qué?
—Tuve un problema en Washington, la compañía me mandó de emergencia. Estuve ahí tres días, regresé hoy en la madrugada.
—Solo pasas trabajando... Tomate un respiro.
—Creí haber sido clara, Harry.
—Y yo recuerdo muy bien haberte dicho que no era el mismo mocoso de antes, hoy no me voy a rendir por un "No", tampoco me iré por una negativa ni me cansaré de buscarte. Aparte que creo que te voy a cobrar el hecho de que me echaste de la casa... Casi a patadas.
—No tenías nada que hacer en mi casa.
—Conste que me fui sólo porque era una llamada de tu trabajo...
—Tengo edad para ser tu mamá.
— ¿Y? En estos tiempos a nadie le importa eso.
—Tu universidad... No piensas en eso cuando dices toda ésta sarta de idioteces.
—El hecho de que este contigo no implica que deje de estudiar.
— ¿Entonces qué? Yo seré la oficial y en tu universidad tendrás una novia para cada clase.
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¿Lo intentamos?
Romance¿Por qué a todas se les alborotan las hormonas, cuando ven a un tipo alto, cabello café claro y ojos negros como ningunos otros, mandíbula fuerte y músculos bien marcados, con una mirada que derrite a cualquiera? Mmmm. Bueno no importa. _________ N...