Capítulo 7: Me gusta.

177 21 11
                                    

Espero un momento... Solo para que ella se aleje de mí y no vaya a topármela.

Me he sobrepasado demasiado. Siempre he sido un ofrecido, un verdadero patán, un reverendo mujeriego... Pero hoy, ahora... En este tiempo de mi vida NO puede ser así.

Por más que ella me guste.

¿Qué estoy pensando?

Me gusta.

Una de mis estudiantes, que para mi edad es una niña; ME GUSTA.

No. Simplemente no. Esto va a acabar antes de que empiece.

Me digo a mi mismo, que no puedo sentir esto por ella. En dado caso hay mil razones por las cuales no se podría dar nada entre los dos.

Su edad. Es menor de edad, y jodidamente preciosa.

El ámbito legal. Me meterían preso, en un abrir y cerrar de ojos; no solo por abusar de una menor, sino también por ser el maestro de una secundaria. De seguro hasta de pedófilo me condenarían.

Lo moral. Yo soy el mayor acá; si ella no piensa, yo si tengo que pensar y por los dos.

Qué si algo sale mal y lo que empezó como una aventura termina como una desgracia, fatal y total; no ME GUSTA.

Camino absorto en mis pensamientos. Pensando en todo y a la vez en nada. Un "Suelta, no quiero hablarte" me saca de mis cavilaciones.

Reconozco esa tierna, dulce y chillona voz. Es Savannah.

__________________

Harry vino de nuevo al colegio. A pesar que lo nuestro termino, que no quiero nada más con él, que le dije que no me buscara y que me dejara tranquila. Volvió a venir.

¿Qué es lo que pretende al obligarme a hablar con él?

— ¿Qué te cuesta, hablar conmigo? —Suplica Harry sujetando mi muñeca de una manera bastante dolorosa.

— ¡MUCHO! —espeto gritándole en el rostro. Forcejeo para que me libere y sólo consigo que enrede uno de sus brazos en mi cintura—. Harry —suplico desesperada— por favor para.

— ¡Oh, vamos! —Me atrae más cerca y presiona mi cuerpo contra su bien trabajado abdomen. Me aterra que aun cuando lo quiero lejos, disfruto sentirlo cerca—. Siempre dijiste que te gustaba cuando te abrazaba a la fuerza.

—Eso era antes —grito entre dientes—, pedazo de idiota.

Está apunto de besarme. Mis manos estás presionadas contra su pecho y aparto mi rostro lo más que puedo. Un quejido me abandona cuando siento sus labios presionados en mi mejilla.

Estoy luchando contra su imponente agarré. Es enorme en todos los sentidos, sus músculos bien marcados por todos lados, podría perfectamente quebrarme sin problema.

Un glorioso alivio me invade, en el instante en que su brazo deja de estar alrededor mío y alguien tira de mí, apartándome por completo. Una cuadrada y ancha espalda, enfundada en una camisa celeste claro, aparece en mi campo de visión.

Estoy lejos del abusivo que quería besarme a la fuerza. Eso me alegra, tranquiliza, y estabiliza mis nervios a cantidades inigualables.

__________________

Iba a ignorarlo todo.

Me dije a mi mismo que tenía que dejarlo pasar todo.

Pero lo vi sujetarla de su diminuta cinturita; eso me hizo hervir en rabia, más porque ella decía que NO quería.

¿Lo intentamos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora