Uno

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"no juzgues la moral y la conducta de un ser que no es humano con los estándares de la moral y conducta humana"

Como se había hecho costumbre, cada tanto Whis,visitaba la tierra para degustar platillos deliciosos y llevar alimentos a su señor. Ese día hubiera sido uno como cualquier otro de no ser porque a Bulma,unos amigos de su padre, la habían invitado a la ópera. La invitación era para dos y no podía no asistir a dicho evento por esos protocolos sociales, donde ella y su familia estaban inmersas. De más está decir que Vegeta no estaba dispuesto a ir a dicho evento,por lo que la mujer aprovechó la visita del ángel. Convencerlo no fue difícil,un chantaje con una comida especial y Whis se prestó para el asunto.

El teatro era un sitio nuevo para el ángel,pero tampoco algo muy especial. Tenían reservado un palco donde les dieron una botella de vino y algunos bocadillos que la mujer no toco. Algo de curiosidad le causó a Whis,ver cómo las luces se apagaban y todos ponían atención en el escenario en silencio. Las pesadas cortinas se abrieron y una mujer apareció cantando allí,acompañada de un grupo de jóvenes que le hacían de coro. La mujer cantaba muy  bien en notas muy altas, aunque su voz era extraña para el ángel, que jamás había oído a una soprano, pero toda su atención fue cautivada por ese singular espectáculo.

Cantar es algo que todos pueden hacer,pero no todos poseen una voz privilegiada. Aún entre los ángeles es un don que no todos poseen y Whis no lo tenía. Curiosamente los sonidos le llamaban la atención,aunque claro está,no era algo que muchos conocían de él. Su hermana Vados y su padre eran los únicos que, por casualidad, habían descubierto que el sonido era motivo de interés para su persona y que le provocaba unas fascinación muy especial. 

Absorto en lo que veía,disfrutaba de una copa de vino, absolutamente complacido en aquellas voces,pero hubo una en particular que comenzó a llamar su atención. Un sonido pianisimo y melódico,que era como una caricia al oído. Provenía de ese coro de voces, que repetían al unisono esas estrofas que la mujer,en solitario, dictaba con más vehemencia. La voz salía de la boca de una muchacha en la primera fila. Tenía el cabello rubio y llevaba un vestido de un color rosa como todas las demás. Se le quedó viendo y su mirada fue advertida por ella. Tuvieron un breve contacto visual,luego la muchacha apartó la vista.

Dos horas duro el espectáculo al final del cual Whis, aplaudió con gusto,a diferencia de su compañera que por poco se queda dormida sentada ahí. Mientras dejaban el lugar el ángel,le hacía preguntas respecto a la ópera a Bulma. Cosas como si aquello podían verlo todos los días,quienes eran las personas que cantaban y otras tantas cosas que le dejaron claro a la mujer que a Whis, le gusto la ópera.

-puedo conseguirte entradas si quieres pero tendrás que asistir tú solo,la verdad este tipo de espectaculos no me gusta-le dijo Bulma.

-por mi esta bien-le respondío él, con su sonrisa de cordial habitual.

Volvió al templo de su señor cargado de alimentos y con esa voz grabada en su memoria auditiva. Durante los días siguientes tarareaba esa canción a media voz, mientras paseaba por los jardines y atendía todas esas tareas tediosas de cada día. Bills dormía así que tenía bastante tiempo libre. Tiempo para bajar a ese sitio en el nivel más bajo de esa pirámide invertida. Un espacio que su señor no conocía,pues no le importaba explorar su propio planeta. A veces realmente detestaba a Bills,su pereza,su egoísmo,su falta de criterio, su forma de ser tan difícil de tolerar. Era agotador lidiar con él. No era el sujeto más terrible de los universos,pero de que lo fastidiaba lo fastidiaba. Allí abajo, en el último espacio de ese mundo,Whis tenían un rincón donde podía ser él mismo. Un salón amplio decorado a su gusto y plasmado de él, nada más. Un refugio para dar rienda suelta a  lo que sentía. Donde no tenía que ser siempre la personificación de la ecuanimidad,donde no tenía que tener siempre la mejor de las disposiciones,donde no era necesario sentarse con la espalda recta como como mástil y cuidar sus modales. Allí simplemente se dejaba caer sobre un diván y se quedaba allí, recostado con las piernas estiradas al piso y el resto del cuerpo de costado viendo fijo a la pared.

Miles de millones de años había vivido y miles de millones de años seguiría viviendo. No sabía de eso que los humanos llamaban aburrimiento o cansancio,no sentía el paso del tiempo como los mortales. Él no media las horas,ni los días. Whis vivía de la forma natural en la que lo hace su especie. A los humanos no le es raro crecer, formar familia,envejecer y morir. A los ángeles no se les hace raro vivir para otros,mas no pueden evitar pensar y sentir de forma independiente a la regla fria de la neutralidad. Cada uno lidiaba con eso de la forma en que le parecia mejor. Para Whis, ese espacio era suficiente. Era exteriorizar la libertad de su mente en una forma que no lastimaba a nadie,ni así mismo o eso pensaba.

Su hermana Marcarita tenía una bella voz,la de Sour era pastosa, la suya no fue afortunada con ese don,algo que no le impedía cantar de vez en cuando,pero le hubiera gustado poseer esa habilidad. Un deseo sencillo que él mismo podía cambiar con un giro de su bastón,pero así perdía valor. Se quedó ahí recordando la voz de la muchacha.

Dos semanas después volvió a la tierra a buscar algunas cosas que dejó atrás la última vez y se encontró con que Bulma,le tenía entradas para la ópera. No le importaba caminar por las calles,pero la mujer lo envió en un vehículo. Subió a un palco del otro lado del que uso la primera vez.Desde allí observó y escuchó. Hizo eso varias veces durante dos meses,tiempo que Bills estuvo dormído. Aprendió varias cosas en ese tiempo. Como que esa muchacha,cuya voz lo tenía cautivo,era una corista y que algunas personas le daban obsequios a la soprano, para ello la esperaban en la salida posterior.

Él quería ver la muchacha y para ello fue hasta ese puerta,pues sabía que también usaba esa salida. No había nada que su cetro no le mostrará. Espero allí con otros hombres y mujeres hasta que la vio salir detrás de la soprano. Un ramo de flores era la costumbre, según observó y materializar uno no fue difícil para él. Se abrió pasó hasta alcanzar a la joven que tímidamente trataba de salir y acabo tropezando con Whis. Lo miro,lo recordaba bastante bien (con ese aspecto era difícil no hacerlo). El ángel la saludó y le ofrecío las flores.

-mi nombre es Whis y soy un administrador suyo,señorita. Podría decirme su nombre...

Ella lo miro y tomo las flores, pareció querer decir algo y tener problemas para hacerlo.

-g,g,g...gra-gra-gra... g,gra-cias...-logro artícular.

Un hombre mayor se acercó y tomándola por los hombros la apartó de Whis.

-lo siento joven,ella es tartamuda-le dijo y se la llevó.

Whis la quedo viendo con una sonrisa algo diferente a la habitual,ajena a la cordial y gentil de siempre,desprovista de esa fachada que todos veían y tras la cual,había un sombra que se agitaba.

Mi Sombra no tiene derecho a la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora