cuarenta

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Camino en silencio por esas calles hasta la que era su casa, pero está había sido vendida por sus tíos. Se quedó parado ante aquel lugar viendo con desánimo su futuro. Literalmente tenía absolutamente nada. No tenía más familia,tampoco amigos a quienes acudir.Por lo que fue al único lugar que conocía además de su casa;el teatro. Todos se sorprendieron de que ella hablara con fluidez y justificó su desaparición con aquello. Dijo que había tomado un tratamiento en otra ciudad para mejorar su habla y nadie se lo cuestionó. Claro que su trabajo como corista lo había perdido, pero le dieron otro aunque bastante alejado de la música. Como la conocían también le habilitaron un viejo camerino desocupado para que se alojará.Asi Yume terminado metida en el teatro; durante el día fregando pisos y dormía en ese camerino desocupado por las noches.

Whis se pasó los siguientes dos días en esa recondida habitación. Tirado boca a bajo sobre el diván,que guardaba el aroma de Yume, y entre esas paredes que contuvieron la voz de su diva. La extrañaba bastante. El silencio pesaba ahora y su voz no era suficiente para llenar el vacío de la ausencia de esa mujer que lo lleno de notas,de ritmos y tantas melodías que a ratos su recuerdo se hacía un torbellino infernal, que lo dejaba hecho una orquesta sin director. Se dio cuenta de que era un cantante sin audiencia y era igual a no tener voz. Su diva, debía a acostumbrarse a no ternerla y sólo recordarla,pero ¿como se renuncia a algo que te complace y te hace feliz? Ignorándolo tal vez y para empezar,debía salir de ahí. Destruyo esa habitación.
No la necesitaba más.Lo bueno y malo, lo lindo y lo feo,lo que le gustaba y lo que no ¡todo lo demás! Lo llevaba a cuestas, como todo los seres de la existencia y lidiaría con ello en la forma mejor para si mismo.

Los días pasaron muy lentos para Yume,que no tenía quejas de su trabajo,pero que le era insatisfactorio. Sentía que su voz moría en su garganta. Una mañana mientras llevaba las partituras a la orquesta, uno de los trabajadores del lugar la llamó,le dijo que un joven de cabello blanco y atuendo extraño la buscaba. Se emocionó por un momento y corrió a la sala que le señalaron, a ver si era quien creía,pero se encontró con otro ángel. Uno de cabello corto y peinado hacia atrás,lo miro con curiosidad como con desilusión.

-supongo que no soy quien esperaba-le dijo él-mi nombre es Korn,soy hermano de Whis,el ángel del universo ocho.

-encantada soy...

-la diva- le dijo Korn dando un paso hacia ella, para tomarle la mano y besarla como hizo antes.

La diva se quedó en la retina de Korn,su voz haciendo eco en su mente y su vibración estremeciendo sus más apartados aposentos. El castillo impenetrable de su ser,nunca antes había sido invadido como lo hizo aquella mujer de voz sensual y terrible. Cosas que no sabía sentía salieron a flote y cosas que pensaba perdidas en la memoria de sus largos años volvieron a golpear su mente. Todo en él,se agito y seguía así desde que la escucho. Quería oírla de nuevo,ver el espectáculo de su persona otra vez,pero sólo para él y la buscó. Encontrarla le fue más fácil de lo que pensó, pero no se animó a ir por ella de inmediato. Lo meditó unos días y luego hizo el viaje al universo siete para hablarle. Se le hizo imprudente sólo aparecer frente a ella,así que se presento en el edificio buscándola y que alguien hiciera de intermediario. Ahora la tenía en frente,finalmente, aunque con menos garbo que antes,pero las simples palabras que ella pronunció fueron suficiente para sacudir su ser.

-disculpe,pero ¿por qué ha venido a buscarme?-le pregunto Yume,tras una breve pausa.

-me gustaría escucharla cantar-le dijo-he venido desde muy lejos ¿no me va a negar está sencilla petición? ¿verdad?

Yume lo miro en un juicio silencioso. Era curioso que pudiera sentir la aflicción de ese ángel de forma tan nítida. Notas graves que resonaban dentro de Korn, era como al compás de los timbales. Como ella titubeaba, Korn trato de acercarse un poco más y entonces una fuerte energía broto de esa mujer. Ella no lo noto,pero un aura muy especial la rodio por un instante y emanaba de ese triángulo en su frente. En la Corporación Cápsula,Vegeta salió al patio a ver si ese ángel andaba por ahí.

-lo lamento,pero ahora estoy algo ocupada ¿qué le parece si canto para usted más tarde?

-comprendo-dijo más motivado por esa energía entorno a ella, que por su comprensión.

Ese mismo día en el palacio de Bills,el dios dormitaba en una hamaca,mas a ratos veía al ángel de reojo,este parecía perdido en sus pensamientos. Whis no le contó nada del concierto y cuando le pregunto por Yume le dijo que había regresado a la tierra. Desde entonces el ángel, estaba algo más callado y menos metiche que de costumbre,algo que no le molesta,pero le llamaba poderosamente la atención. A ratos miraba algo en su cetro y se sonreía o hacia caras de enojo, fastidio o diversión,cuando dejaba de ver, lucia así como en ese momento. Pensativo en algo muy,muy distante.

Sólo Yume quedaba al interior del teatro cuando anochecia. A fuera había un guardia,pero así fuera un ejército no había nadie en el universo capaz de rescatarla de Korn,si es que él quisiera lastimarla de alguna forma,pero Yume no sentía que él fuera a hacerle algo malo, aunque si lo sentía muy ansioso. Lo encontró donde hablaron esa tarde y le pidió la acompañara al escenario. Korn se sentó en primera fila,pero antes se tomó la libertad de cambiar el atuendo de la joven por un vestido sencillo y largo de color grisáceo.
Una vez ella estuvo lista le cantó un aria, una sencilla,que con su voz aguda,suave y algo oscura, sonaba misteriosa y atractiva.
Canto para Korn porque llevaba semanas sin cantar ni para ella misma.

En la vida las oportunidades se presentan súbitamente en ocasiones,pero la mayoría de las veces se trabaja duro por conseguirlas,aunque hay ocasiones en que llegan por eso llamado suerte y la suerte favoreció a Yume,esa noche. Mientras ella cantaba para un ángel extasiado en su voz y absorto en su figura,uno de los patrocinadores del teatro la escucho. Había ido a recoger algunas cosas y pasó por causalidad detrás del escenario quedando prendido de la voz, tras las cortinas,que no pudo evitar quedarse a oír ese concierto nocturno que era exuberante y tierno a la vez.Como una doncella casta que camina a la luz de luna.

Korn estaba entrando a ese mundo paralelo que creaba la voz de Yume,mas la presencia de ese hombre tras el escenario le molestó y le señaló, educadamente,a la muchacha que se detuviera.

-¡sal de ahí!-le dijo en un tono de autoridad incuestionable.

-lo lamento,no quise importunar. Es sólo que nunca antes había oído una voz así...tan extraordinaria-les dijo el hombre.

La muchacha lo reconoció y pensó que se había metido en problemas, pero pronto se dió cuenta de que no era así y de que ese señor, le estaba proponiendo algo bastante interesante. Yume se disculpo con Korn,pues debía ir a hablar con ese hombre y este lució algo molesto.

-¿podemos dejarlos para otra ocasión?-le pregunto a él, que no le quedo más que aceptar y verla irse con aquel individuo,no antes de obsequiarle una hermosa flor de cristal luminoso.

Yume la tomo entre sus manos, parecía bastante frágil y era tan ligera como una pluma. Se la puso en el cabello y le sonrió.

Esa noche Yume escuchó la mejor oferta de su vida y la aceptó. Desde ese momento era ella, la primadona de ese teatro de ópera y como tal no podía vivir en un camerino desocupado, al fondo del edificio. Aquel hombre le ofreció un pequeño departamento no lejos de allí, para que estuviera más cómoda. Le habló del futuro,de la música, del éxito y todo eso. Fue cuando le explicó que toda gran artista empleaba algún nombre "artístico"

-bueno ya habrá tiempo para escoger uno-le dijo el sujeto.

-yo tengo un nombre de esa índole-le dijo Yume-yo seré Diva.

Korn dejaba el lugar. Esa energía entorno a ella, le advirtió que por ningún motivo podía llegar a obligarla a algo así que volvería en otro momento. Iba a salir volando cuando miro atrás por encima de su hombro.

-¿que te trae a mi universo, querido hermano?-le pregunto Whis.

Mi Sombra no tiene derecho a la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora