Korn se quedó ahí parado,como meditando las palabras que iba a decir. Whis se veía tan tranquilo como siempre,pero no lo estaba y podía sentir su molestia por su presencia allí. Mentir no era necesario y tampoco una buena idea,sólo iba a empeorar las cosas.-vine a oír a la diva-le dijo y dió un paso para pasar junto a su hermano.
-perdón,no hice la pregunta correcta ¿por qué has venido a escuchar a mi diva,Korn?-inquirió y está vez su voz sonó mas grave.
-¿tu diva?-le cuestionó el ángel del universo ocho-los mortales no son posesiones,Whis.
-sin tu díos y sin permiso,puedo denunciarte por estar aquí.
-pero no lo harás o no estaríamos hablando ahora-le dijo Korn-sólo quiero oírla...eso es todo.
-no puedes.
-¿me lo vas a prohibir?-le cuestionó Korn.
-si,te prohibo que vengas a importunarla-le dijo Whis,dando un paso hacia su hermano.
-ella es nuestra ahora,tú nos las han dado. Es una criatura única, con un don muy especial que es capaz de estremecer a los ángeles. No puedes monopolizarla,Whis-le dijo Korn.
Esas palabras hicieron al ángel del universo siete,reflexionar respecto a ciertas cosas. Iba a decirle algo a Korn,cuando escuchó su nombre en esa voz tan melodiosa y volteo a verla. Le hubiera gustado acercarse a ella, pero prefiero no hacerlo. La saludó a la distancia y tomando a su hermano por el brazo lo saco del lugar volando.Yume se quedó callada y triste, quería decirle algo,pero no tuvo ni tendría la oportunidad de hacer tal cosa. Era mejor resignarse y tomar la oportunidad que se le estaba dando. Parpadeo lentamente una vez,se dió la vuelta y siguió al patrocinador.
Desde el cielo Whis, la vio subir en un auto y desaparecer por la calle. Quería decirle algo también,pero ¿para qué? Mejor guardarse aquello y conformarse con verla como se ve a las divas; desde lejos. En cuanto a Korn le señaló que no volviera,pero este lo miro y con desprecio le dijo:
-es una diva,no puedes tenerla sólo para tí...¡ah! espera un momento,pero si no la tienes.
El puño de Whis le giró el rostro por entero a un costado e intento hundir su rodilla en el abdomen de Korn,pero no lo consiguió, pues este logro bloquear el impacto. Iban a seguir con su pelea,mas entonces unas manos les tiraron de las orejas a ambos terminando con el conflicto.
-¡padre!-exclamaron a dúo y este tiró más fuerte arrancandole a ambos varias exclamaciones de dolor.
-Korn tú no deberías estar aquí y tú Whis,no pelees con tu hermano-les dijo.
-si,padre-respondieron ambos y entonces Daishinkan los soltó.
-esto es indignante. Su comportamiento es vergonzoso y lo empeora que la causa sea una joven mortal-les dijo.
Como dos niños regañados, ambos, de pidieron disculpas. Korn se marchó y Whis se quedó allí mirando a su padre.
-¿el Gran Sacerdote, vino hasta acá sólo para detener una pelea entre hermanos o vino a buscar un concierto privado?-le cuestionó Whis,con un tono ligeramente impertinente.
-¿qué puedo decir? Su voz me fascina,pero ella es todavía más fascinante ¿crees que pueda ser una creación para ponernos a prueba?-le dijo Daishinkan.
-dime la verdad ¿que le hiciste a Yume?-le pregunto Whis, ignorando las palabras de su padre y buscando respuesta a varias dudas que le habían surgido.
-nada,yo no le he hecho absolutamentemente nada. La pregunta,Whis ¿es que le hiciste tú?-el Gran Sacerdote, hizo una pausa-ahora déjala en paz...
-tambien tú,padre-le dijo el ángel.
Pero no,ninguno la iba a dejar en paz y no sólo ellos y Korn querían volver a oírla. Por suerte para Yume,los ángeles,eran algo tímidos (por así decirlo) y no se animaban a buscarla. En cuanto a Whis,él se pasaba horas observándola a través de su cetro. Así fue testigo de todas las cosas que ella vivió en sólo dos meses. La primera vez que la presentaron en un escenario,lo hizo cantando el aria que cantó para él,en su habitación,cuando le propuso que fuera su diva.Se veía hermosa con ese vestido escarlata de terciopelo y su cabello rubio suelto. La presentaron como Diva y es que no había para ella mejor nombre que ese. La miro extasiado,como siempre, y aún que lo que veía era sólo una proyección,Yume lograba transmitir todas las emociones que componían su canto. Su voz,su expresión,sus movimiento;todo en ella era una partitura magistral.
Verla a la distancia sólo aumentaba sus deseos de ser acariciado por su voz,pero también le inspiraba a escribir música. Descubrió que se le daba bien aquello y sus horas libre las pasaba componiendo. Había noches que soñaba y la encontraba en sus sueños como una musa que lo invitaba a alcanzarla y traviesa huía de él. La voz de Yume,asi como toda ella, estaba más presente que nunca y hasta parecía cantar en su garganta ¿en que estaba pensando cuando se le ocurrió entregarse asi a esa mujer? Ella lo tenía bajo su dominio sin siquiera estar presente. Era esa voz las cadenas de su esclavitud y en lugar de maldecirlas las besaba en la soledad que le brindaba el sueño de su señor.
La veía ser visitada, clandestinamente, por sus hermanos,en especial Cus,Mojito y Korn. Cantaba para ellos y al principio vio eso con celos de toda índole,mas pronto comprendió que no tenía motivos para sentir algo así. Ella era su diva y así como el seguía siendo prisionero de su canto,ella lo era de sus oídos,porque Yume sólo quería cantar para él y porque ninguno de esos conciertos,para ángeles o mortales,se comparaba a los que le daba a él,en la intimidad de esa habitación que ya no existía.
Yume conoció el éxito. La llamaban "la diva celestial" y sus conciertos eran todo un fenómeno. Entrevistas en televisión,revistas y toda clase de publicidad. Era hermosa y su imagen era explotada en todo aspecto,mas ella sólo disfrutaba cantar. Lo demás eran cosas irrelevantes y más que cantar para un teatro repleto de personas que se conmovian con su voz hasta las lágrimas, encontró mayor placer en cantar para los ángeles que la visitaban a veces. La razón es que le recordaban a su caballero y si bien con ellos también lograba conexiones profundas,no se comparaban a la que tenía con Whis. Korn llevaba dentro deseos y sueños similares a él,pero por entero distintos a la vez. Él siempre la halagaba de alguna forma y buscaba bajar sus defensas para que ella,le permitiera alcanzarla y en una oportunidad,mientras cantaba para él,por extrañar quizás a Whis,bajo sus muros y dejo que el ángel del universo ocho la besara,pero aquello fue sólo acentuar lo único que era Whis para ella. La vibración dentro de Korn era vehemente,robusta; impetuosa. Una energía que quería envolverla por completo, arrebatarle de dentro al caballero,que andaba entre sus falsetes más altos y las más oscuras y graves notas,para dominarla él.
Korn sentía necesidad de poseer algo único porque se sentía vacío eso, le reveló la voz de Yume,que lo llevo de paseo a lo más recóndito de su ser,mas el pequeño beso que le dió a la diva como la última aria que cantó para él, después de eso, le reveló que también anhelaba sentir algo intenso y ella le despertó un profundo deseó que su voz no hacía más que exaltar. Tras un concierto de esos que solicitaba al abrigo de las noches,le pidió que cantará algo diferente,algo que ella no encontro entre su música. Whis la veía cantar para Korn y se llenaba de regocijo al ver como ella,lo rechazaba con delicadeza,mas comprendía a su hermano y por eso compuso algo como lo que él,le solicitó. Lo llevo al camerino de Yume y lo dejo ahí con un ramo de flores,porque a las divas se les da flores y se les admira a la distancia.Ellas conquistan de esa forma cruel y arrogante a los incautos como Korn,pero también como él mismo lo fue en un momento,
mas Whis había entendido finalmente las palabras de su padre y la marca en la frente de Yume,por eso aguardo a que tomará las flores y la pieza de música para dejarse ver por ella, que al mirar el reflejo del ángel en el espejo se giró hacia él con emoción y sorpresa.-¿cantemos mi diva?-le pregunto.
-cantemos mi caballero-le respondío y le extendió la mano a la que Whis se sujeto.
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Mi Sombra no tiene derecho a la noche
FanfictionLa música ha sido el deleite de los dioses desde tiempos remotos. Nadie queda indiferente al embrujo de esas notas capaces de remover los decidimientos del alma de los hombres y hasta de los ángeles. ¿Qué hay detrás de la perfecta y ecuánime fachada...