treinta y siete

315 70 17
                                    


Daishinkan apareció en el escenario al tiempo que las luces se apagaban,dejando el lugar sólo iluminado por los dorados candelabros de cristalinos abalorios, cuya luz parecía rocío flotante sobre las butacas. Unas palabras del Gran Sacerdote presentaron a la cantante y luego se hizo a un lado para que la pálida luz,de los focos,se derramar sobre el escenario y las cortinas de terciopelo azul se abrieron para dejar allí la esbelta figura de Yume,que llevaba puesto un vestido ceñido a su figura.Un calce perfecto de tonos grises, con  una cola larga que iba prendida a la mano izquierda de la muchacha,haciéndola ver cómo una sirena de dorados cabellos. Atrás la imagen de un océano azul con las hijas del mar recostadas en las rocas y flotando entorno a ella,a la diva, una docena de hermosas caracolas. Se veía hermosa, mágica;su figura silencio a los ángeles.

El sonido de unos truenos lejanos marcaron la entrada de Yume y la siguieron acompañando en la distancia como el sonido de fondo a la música.Como una tormenta que se aproximaba y su voz era el susurro del viento suave,que precede a los huracanes. Empezó con un canto débil,casi susurrante, que atrajo todas las atenciones hacia ella.Es que era una llamada del viento a dejarlo entrar,pero el viento suave penetra en todas partes sin permiso y así mismo la voz de Yume,entró en los ángeles que la miraban extasiados y algo confundidos. La imágen de esa muchacha y su voz eran algo  inverosímil. La acompañaba un coro de voces que no era si no la misma voz de ella cantando en diferentes tonos.Dichas voces salian de las caracolas y es que Whis,considero que no había otra voz que la pudiera acompañar que no fiera la de ella. No había otra tan cautivante,tan estremecedora y tan terrible como la voz de Yume.

Esa voz tan envolvente que llevaba a un mundo paralelo donde sólo existía esa diva nada más, cuya música que comenzó suave y algo melancólica, atrapando a los ángeles en una atmósfera que agito aguas estancadas en sus seres,se torno un poco más intensa. De los ojos de Cus comenzaron a brotar lágrimas de forma abundante, algo que nunca había hecho y que no entendía porque estaba sucediendo. Llevo las manos a su rostro y las apartó húmedas.
No fue la única que sintió que le estaban oprimiendo el corazón,
Vados y Mojito sintieron algo muy parecido,mas ninguno siquiera miro a los otros. Estaban enredados en ese canto y en las sensaciones que les causaban solamente. Canto que también tenía una tensión que iba aumentando a cada segundo, escondida en la nostalgia,pero que empezaba a dominar tan precisamente calculada que casi era imperceptible en los primeros versos cantados por Yume,pero en la segunda estrofa ya empezaba a dominar,la voz de la muchacha era más dinámica, mas siempre apegada a la idea principal,de una tormenta que del mar se aproximaba a las costas.

La atención en esa voz in crescendo siempre y su expresión que era el fiel reflejo de todo lo que su canto portaba,la luz,la música,la escenografía;todo volvía aquel simple espectáculo una experiencia demasiado agitante para esos seres, cuyas respiraciones fueron perdiendo el ritmo habitual,cuyos corazones se apretaban y descomprimian acelerando el pulso cardíaco y cuyas manos se frotaba nerviosas contra sus rodillas o contra la butaca. La calma de la que siempre eran soberanos la estaban perdiendo sin saber el motivo. No era una sensación agradable,pero tampoco lo contrario.No querían dejar de oír esa voz,pero los estaba inquietando demasiado. Se esforzaban por disimularlo, ellos para quien las fachadas frías y distantes no eran motivo de trabajo,se estaban esforzando en sostenerlas. Cosquilleos por debajo de la ropa,por debajo de la piel,pulsaciones que se levantaban y fluían como pequeños manantiales que hacían camino por la tierra formando hilos de agua que formaban múltiples arroyos,que iban a parar a un ríos que se volvía más tempestuoso,más violento a cada momento y que todo su poderoso caudal era contenido por una presa sólida, de muros poderosos que nunca colpasaban,pero que comenzaban a fisurarse.

Yume sólo veía a Whis,pues sólo cantaba para él y este estaba muy tranquilo,mas por un movimiento teatral que realizó,la  muchacha, apartó de él la vista y contemplo el panorama tras Whis. No sabía sus nombres,pero vio en ellos exaltaciones de toda índole. Volvio sus ojos a Whis y luego otra vez a los que estaban tras él y lo llamó hacia ella,de una forma en que sólo ese ángel podía comprender. Whis quedó algo desconcertado,pues si bien en un principio ella le solicitó aquello,después cambio de parecer,mas ahora lo estaba invitando a unirse a ella en ese canto y él fue porque su diva, se lo pedía. Llego allí flotando para pararse a su costado y tomando las manos de Yume para aguardar la señal en que debía comenzar,se le quedó viendo con unos ojos suaves ella respondió de la misma forma.

Daishinkan miro aquello desconcertado,pues él no sabía que ella le había enseñado a Whis a cantar y por eso quedó sorprendido cuando de boca de su hijo, salio tan sonora nota que se trepó a la voz de Yume tan delicadamente que, por un momento, pasó casi por otro tono del caro de voces de las caracolas, más pronto adquirió su propio protagonismo. La voz de Whis se proyectaba con naturalidad, fuerza y claridad en el color. Se olvidaron de la audiencia,en ese momento, eran sólo ellos llevando sin piedad alguna, a los otros ángeles a un éxtasis jamás antes siquiera imaginado. Los mil ríos que detenían esas presas aumentaban su caudal a cada segundo, mientras esos dos cantaban llevando la tensión a su punto más alto.

Algunos como Mojito,apretaban sus rodillas con una expresión de rabia y otros como Vasos estaba tan agitados que sólo tenían un rostro afligido y otros como Korn tenían los ojos fijos en el escenario,en esa diva que estaba casi en los brazos de Whis,quien había adquirido una voz penetrante, completa, rica, luminosa y bien modulada gracias a esa mujer que sin derecho alguno,los estaba invadiendo. Esa mujer que en un momento volvió a mirarlos y llevo su mano al abdomen de Whis, para desde ahí subir con sus dedos hacía el cielo con un movimiento sensual y delicada. Quería que ese ángel llevará su voz a lo más alto,porque sólo una lanza del mimos material podía romper esas presas tan reforzadas y ese ángel,que ya prisionero de la voz de su diva y las sensaciones que está le desataba,no cuestionó la implícita orden que ella le dió. Cuando el coro se silencio lo mimo que la música,la voz de Whis tuvo su rol protagónico y en solitario,pues Yume también callo.Se alzó y así su entonación  pura,su vibración maravillosa,su control de la respiración extraordinario y su garganta muy ágil,dejaron en claro que era un contratenor virtuoso. Simplemente brillo en esa melisma  que elevo tanto como le fue posible,aquel sonido causó las mayor grieta en las represas y cuando esa nota que quedó flotando fue tomada por Yume, para llevarla nuevamente a lo alto como un tornado nacido desde el suelo.Las presas terminaron de romperse y los ríos simplemente se desbordaron  en forma violenta. 

Yume dejo a Whis, en solitario otra vez por un momento y observó a esos ángeles que ya no estaban sentados en las butacas serios,formales;inmutables sino todo lo contrario parecían un grupo de locos en el frenesí de su demencia. No la conocia,ella era Marcarita y estaba doblada sobre si misma con las manos en el vientre como si sintiera allí un dolor tremendo.Cus pasaba del llanto a una sonrisa de juvilo de un segundo a otro. Mojito y Campari se estaban peleando, Vados estaba de pie,sostenida en su cetro y cubriendose el rostro con la otra mano como su lidiara con un tormento que no la dejara levantarse.Korn,en cambio,llegó hasta la primera fila de las butacas y se quedó allí viendo a -Yume, como retomaba su canto que calmo,pero con la tensión siempre presente, mantenía un ritmo en andante al igual que el de Whis,pues iban al unisono. La mirada mendicante del ángel del universo ocho,le provocó una ligera congoja a Yume,que volvió sus ojos otra vez al caótico espectáculo desatado por su voz, principalmente,y si abandonar jamás su canto comprendió mejor eso que ella ya sabia.

Ni los dioses y mucho menos los ángeles tienen la libertad que poseen los mortales. Que gozan, no sólo de aquello sino también de la autonomía de sentir en todo su esplendor. Los mortales hacen lo que quieren,para bien o mal,tienen leyes y se las crean, pero pueden ignorarlas para literalmente hacer lo que les plazca y  en cuanto a las emociones sucede igual. Sólo que allí no tienen normas que seguir. Los mortales odian o aman aquien les plazca y lloran y ríen y actuan en base a eso sin más limitantes que las que ellos se pongan ¡que tontos son al restringir a otros y restringirse ellos mismos en base a la moral, que es una necesidad de la vida social! Es que así viven los mortales y es que así se coartar las emociones, pero siguen teniendo esa libertad de vivirlas, como también de entregarse a sus pasiones y deseos de toda índole, tienes eso que no tienen ángel ni dioses ¡la bendita y maldita libertad se sentir!

Lástima,eso experimento Yume al ver a seres tan poderosos de esa forma y se sintió soberbia al hacerlo,no era su intención,pero no pudo evitarlo. El edificio comenzó a sacudirse,temblaba producto de la exaltación de los ángeles que estaban liberando energía sin poder contenerse,una energía poderosa capaz de arrasar con todo a su paso...

Mi Sombra no tiene derecho a la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora