Podía ver cien mundos destruidos ante sus ojos en un día,sin experimentar lástima o algún sentimiento de pesar. Para él,como para todos los de su estirpe,era algo muy natural que no les causaba impresión alguna,mas no veía de forma tan calma otras situaciones. Whis tenía aversión a ciertas cosas, a conductas y hábitos que consideraba deplorables, groseros o ruines. Aquello lo presenciaba en los hakai-shin a su cuidado,mas también en las contadas personas con las que entraba en contacto y si bien no tenía reparo en hacer ver su desaparición a aquello que no lo era grato,se guardaba para si el real repudio que le provocaba, tener que ser testigo de acciones que caían en la aberración.Obras terribles que vio en acción de mano de anteriores señores y un par de veces de su actual pupilo. No tenían que ver con el universo,no tenían que ver con lo que implicaba ser un ángel guía de modo que no tenía que intervenir de ninguna forma y observó y guardo silencio, mientras las víctimas lo miraban clamando ayuda,mientras le pedían auxilio,mientras eran humillados,mientras eran despojados de alguna cosa valiosa para ellos e insignificante para un dios,mientras veían desaparecer algún ser amado y mientras todo eso sucedía a la vez,él estaba quieto ahí ecuánime por fuera y retorciéndose por dentro.
Se sentía sucio cada vez que los ojos mendicantes de misericordia se posaban en él, buscando algo que no podía darles. A Bills le gustaba somerter,humillar y despreciar, pero nunca lo vio borrar a un individuo por capricho,si mundos bajo estándares que sólo él podía entender y que nunca se molesto en analizar,mucho menos en cuestionar. Nunca le molestaba que pisoteara a reyes, emperadores o uno que otro valiente que lo desafío pensando que podría vencerlo,que golpeara a Bulma tampoco le causó malestar,sin embargo,si hubo momentos que esa conducta,sumada a otra serie de factores detonó su indignación, pero hizo nada. Pronto olvidaba el asunto o eso prefería pensar, mas no era así. Todo eso iba cayendo en esos aposentos recónditos,dentro de su ser,donde crecía esa sombra ahora semi amorfa,con sonrisa burlona y que parecía llevar una túnica o vestido. Podía verla en su interior mofandose de él,por estar en esa postura humillante.
Whis volvió de su introspección breve y se encontró a gatas sobre las pulidas cerámicas con el rostro sobre un charco de emesis del que escapaba un vapor con olor ácido y nauseabundo,se llevó la mano a la boca para cubrirsela y así levantarse, hasta quedar de rodillas en el piso totalmente desconcertado,pues nunca antes antes había pasado por semejante situación. Sentía un vacío en sus entrañas y un dolor en la garganta que le ardía, su lengua tenía impregnado el sabor a bilis y la última contracción de su abdomen lo hizo escupir sobre su mano un líquido verde amarillento, que acentuó el amargor en su boca. ¿qué había pasado exactamente? Era muy simple, esa voz lo hizo purgar su indignación y ahora estaba más calmo,pero desprovisto de su habitual ánimo que en el fondo era sólo...era sólo...
Que voz más terrible poseía esa mujer a sus espaldas ¿con que hechizo nació esa jóven en sus cuerdas vocales? ¿quien la dotó ese poder capaz de descomponer a un ángel? ¿de derribarlo y someterlo para reducirlo a eso que era en ese instante? Bajo su mano sucia y la apoyó desapasionadamente en su rodilla,mientras las manos de Yume se posaban en sus hombros y ella apoyaba una rodilla en el suelo murmurando una canción, que era como un sollozo.
-basta...no siga-le dijo Whis a media voz,pero ella lo ignoro.
Le puso la mano derecha sobre los ojos y lo hizo recargarse un poco hacia atrás,para que la cabeza de este terminara sobre su hombro,así su boca término a centímetros del oído de Whis y ese susurro sollazante,que cantaba a una solitaria estrella en la bóveda celeste,entro directamente hacia su tímpano en una vibración que lo sacudió y lo hizo llevar sus manos al antebrazo de Yume,como si hubiera querido que le quitara la manos de los ojos,en lugar de eso sólo las dejo allí,mientras la vibración de ese canto viajaba hasta el oído interno y al pasar por la ventana oval,sintió una punzada en el pecho.
Ella retiró la mano de sus párpados para unirla a la otra y juntas bajar a través de esa oscura prenda que llevaba sobre esa túnica. Su voz seguía sonando calma y murmurante,
pero se hacía mas intenso en una escala de graves que,paulatina y cuidadosamente,iba subiendo acompañado de suaves
melismas hacia un tono que era tan equilibrado entre los agudo y lo graves,que parecía mágico que lo sostuviera de esa forma;como agua que fluía. Agua fresca que entraba por su oído y penetraba su cerebro bajando a su pecho, como esas manos que subitamente le desgarraron la ropa. No se atrevió a abrir los ojos,no quiso abrir los ojos,pero ese acto que en otra circunstancia le hubiera sido más que una impertinencia,ahora le resultó agradable porque ese músculo que latía angustiado bajo su carne,se sintió más relajado tras aquel acto, que fue acompañado por una nota un poco más robusta que las otras,pero en el mismo tono y al mismo volumen.Las manos de Yume se quedaron allí,sobre el lugar del corazón y a medida que su voy se iba pintando del color de la tristeza, sus dedos se fueron incrustando en su piel. Tristeza si,eso era lo que tenía esa voz en sus escalas parejas que descendían constantemente para subir robustas,pero dando la sensación de que Yume hacía inspiraciones bruscas, entrecortadas, seguidas de una espiración...como sollozando,como llorando y eso sumado al matiz oscuro que poseía su voz,completaban la ilusión de que ese canto era un llanto discreto,pero extraído del alma y del corazón,el mismo que ella parecía estar exprimiendo desde el exterior con sus manos.
El dolor que le quedó flotando en el abdomen de Whis, fue menguando y desde allí subió algo a su pecho que le hizo una enorme presión,como si estuviera reuniendo allí agua hirviendo que no dejaba de hervir,causándole un intenso dolor que aumentaba una tensión generalizada en él y una sensación de aflicción semejante a ser incapaz de respirar,se estaba volviendo bastante molesto a cada segundo e intentó abrir los ojos,mas una de las mano voló a sus párpados para impedirlo.
-guarde silencio,no siga...por favor-le dijo y él mismo se sorprendió de lo quebrada que se oyó su voz.
Le pedía que no continuará,pero no hacía nada para impedirlo, pues la verdad es que deseaba, Yume,siguiera pese a la imagen de esa sombra que parecía bailar al compás de la voz de la muchacha. Quería permanecer así,pese a lo difícil que se le estaba volviendo respirar y a la sensación de estar siendo desbordado, diluyendose.
Unaa gotas de agua tibia cayeron sobre su ahora desnudo torso y así descubrió que ella,lloraba realmente. Lloraba más allá de ese canto de lágrimas,sollozos y quejidos dolorosos que torno su voz ¡su embriagantes voz! ¡su terrible y melodiosa voz! Que al tocar la nota más baja para morir en silencio sepulcral,lo hizo derramar una llanto abundante y callado. Eso que se acumulo en su pecho subió para brotar de sus ojos cerrados en forma de agua tibia y salada,en forma de eso que había visto muchas veces y que lo denominaban llanto.
Bills observaba en silencio a través del delgado espacio entre las puertas. Podía ver sólo la espalda de ambos,dada la posición en la que estaban,pero podía escuchar perfectamente todo y eso le hizo saber lo que estaba pasando,una sonrisa se le dibujó en sus casi inexistentes labios;una mueca mezcla de una oscura satisfacción y un poco de algo entre la envidia y el desprecio. Había visto suficiente, se retiró procurando no llamar la atención,mas que por alguna otra razón;la simple costumbre. Sin duda su maestro sabía que estaba ahí y no le importaba.
¿Alguna vez un ángel lloro antes que él? Quizá...sino era así,
entonces era el primero,mas ¿qué relevancia tenía eso? Daba igual,por primera vez se sentía realmente tranquilo. No es que estuviera del todo libre,pero si más ligero que la vez anterior y la anterior a esa ¿podía estar en una situación más embarazosa? De rodillas en el suelo, con el rostro lleno de lágrimas, con una charca de vómito frente a él y la ropa deshecha ¡miserable! que triste espectáculo debía ser en ese momento. Abrió sus inundados ojos y llevo una de sus manos a la de Yume,que descansaba en su pecho y la otra al rostro también mojado de ella.Él exaltó en ella la tristeza al llevarla a su desolada infancia esa mañana y en revancha ella,lo dejo así,pero estaba bién. No libraban una guerra sino algo que sólo ellos comprendían sin necesidad de palabras. Se quedaron así hasta que ambos dejaron de llorar y un poco más porque...ese momento de tan desnuda intimidad no podía romperse sin ceremonias.
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Mi Sombra no tiene derecho a la noche
FanfictionLa música ha sido el deleite de los dioses desde tiempos remotos. Nadie queda indiferente al embrujo de esas notas capaces de remover los decidimientos del alma de los hombres y hasta de los ángeles. ¿Qué hay detrás de la perfecta y ecuánime fachada...