Treinta y uno

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Whis era el ser más poderoso del universo siete y el más fuerte entre sus hermanos. No conocía la palabra derrota de manos ajenas a las de su padre,a quien ni siquiera había enfrentado para ya estar derrotado de ante mano,algo que no lo molestaba. Whis podia hacer prácticamente cualquier cosa,no necesitaba poseer algo en particular,podia crear prácticamente todo. Así mismo era inalcanzable en casi todos los aspectos,mas el canto era algo en lo que no sólo conocía la amarga derrota,si no también la incapacidad. Cualquiera podía derrotarlo en esa materia,pero si puedes escoger perder entonces es mejor hacerlo ante el mejor y Yume, era la mejor. No estaba siendo condescendiente, eso era un hecho que él, había confirmado en ese momento. Yume marco la nota más alta cantada por los humanos y la superó. Era superior a él en ese aspecto y eso fue lo que le despertó ese deleite oscuro por dejarse dominar por ella en más de una forma. La voz de Yume aún punzaba en su oído.

La pequeña gota de sudor que bajo por el costado del rostro de Whis,delató algo que estaba escondiendo bajo la túnica,bajo la piel y que le encendió la carne. De no estar esa distancia entre los dos,de no estar su padre ahí tal vez hubiera tenido los bríos para...se sonrió y descarto la idea.

-¿qué opina de la acústica, señorita Yume?-le pregunto Daishinkan.

-magnífica-respondío la muchacha y se giró al Gran Sacerdote, dándole una sonrisa.

-gracias-dijo Whis haciendo énfasis en esa palabra-he construido este lugar procurando que sea...

-semejante al teatro de la capital del oeste-lo interrumpió Yume-lo note,pero debo decir que le ha quedado mucho mejor ¿le molestaría poner un candelabro ahí?

-tuve la misma idea-comento Whis y camino hasta quedar junto a ella-un candelabro dorado con abalorios de cristal.

-si...

Los dos siguieron hablando al respecto y Daishinkan, comenzaba a sentirse invisible ahí atrás. Por lo que hizo un comentario respecto a las invitaciones a los dioses, ganándose así la atención de ambos.

-respecto a eso...hay algo que me gustaría hablar contigo,padre-le dijo Whis-pero me gustaría que fuera en otro momento.

-esta bien. Señorita Yume ¿me acompaña?-le dijo el Gran Sacerdote y la muchacha fue hacia él.

Los ojos de Whis la siguieron hasta que la vio desaparecer junto a su padre,dandole apenas un adiós con la mano. Respiro profundo y materializó el candelabro allá arriba,como Yume y él pensaron,luego se giró hacia el escenario para pensar en una escenografía apropiada. Seguía molesto porque el Gran Sacerdote, se llevó a "su" diva, pero le tocaba aguantarse. Sería injusto decir que no tenía libertad de escoger,de tomar algunas decisiones con respecto a si mismo,pero siempre estaba limitado. Podía manipular a Bills en cierta forma,pero no desobedecer sus órdenes...Bills...
recordo entonces que el dios llamó a Yume sirena y le quedaba bastante bien ese término.

Las sirenas son una excelente imagen de una seducción que al ser irresistible se torna mortal y él,estaba así por ella y su canto. Seducido y doblegado,pero totalmente a gusto. Sirenas entonces,eso puso al fondo del escenario intentando no pensar en que estaban Yume y su padre. No quería ponerse de mal humor,pues cuando eso pasaba tendía a desquitarse de alguna forma,como cuando viajaba con Goku y Bills y estos se pusieron a discutir,por fastidio los hizo estrellarse contra el jardín de la señora Bulma. No podía evitar tener conductas como esas; infantiles en cierta forma. Si,él tomo la actitud inmadura de los niños porque así era más fácil lidiar con todo lo que tenía que lidiar. Los niños no entienden de bien o mal,no les importan las consecuencias de sus acciones,no tienen juicios,actúan más que todo por...

Daishinkan llegó en ese momento,habían pasado casi dos
horas desde que se fueron y volvían como si nada. Les dijo que era todo por ese día y que los enviaría de regresó. Volvieron al templo más rápido de lo que Bills esperaba,pero eso lo vino bastante bien,pues estaba hambriento y aburrido. El resto del día Yume,lo pasó en la habitación que Whis le dió para preparar su concierto. No quería interrumpir aquello así que se abstuvo de verla hasta la noche.Pero cono Yume, no llegó a cenar Whis tuvo la excusa perfecta para ir a verla.

La escuchó desde el corredor y un ligero escalofrío le bajo por la espalda,mas la voz de Yume se apagó de pronto y luego la vio salir hacia su habitación. Su rostro estaba algo triste y no lo vio si quiera,algo que terminó de ofender al ángel que ya estaba bastante molesto. Golpeo la puerta con el cetro,pues llevaba la bandeja con la cena en la mano izquierda,mas no hubo respuesta así que se asomó a la habitación. La puerta estaba entreabierta;no la vio,pero si la escuchó cantando eso que ella llamaba kulnig, estaba en el balcón. Ella sólo cantaba eso cuando algo le sucedía,tal vez tenían que ver con lo que pasó en ese tiempo que estuvo con el Gran Sacerdote,pensó el ángel. Whis dejo la bandeja sobre la mesa y fue hasta el balcón tan silencioso como siempre,mas de alguna forma,en ocasiones ella lograba advertirlo, como en esa oportunidad y se giró hacia él.

-lo siento...tengo algunos problemas con las notas más...-le dijo Yume,pero luego se interrumpió-no vino a eso verdad ¿quiere que cante para usted?

Whis la miro algo confundido, pues si quería oírla cantar, sobretodo después de oír aquella nota que le dejó un tanto exaltado,al igual que ella que quería seguir cantando. Ese brillo en sus ojos la delataba.

-me gustaría,pero vamos a esa habitación.

En su habitación secreta,Whis se sentó en el amplio diván para oír a su diva que estaba ansiosa de cantar. Magnífica como siempre, dramática y oscura,como una noche helada.Se lució en la cadenza y él la dejó cantar a su gusto,asi cuando ella regreso de ese trance en que entraba al cantar se encuentro con un ángel, dormido en una posición bastante incómoda. Lo miro un momento algo molesta,pero se le pasó rápidamente e intento acomodarlo en una postura mejor,mas el cuerpo de Whis le resultaba algo pesado,aun así consiguió dejarlo recostado boca arriba. Le quitó el cetro y lo dejo recargado contra la pared luego pensó en irse a dormir al sillón. Fue cuando escuchó su nombre en voz del ángel y volteo a verlo, dormía o daba la impresión de hacerlo. Seguramente estaba soñando y con ella.Fue algo que le saco una sonrisa leve,lo observó un poco más y noto que estaba murmurando algo que no lograba oír. La curiosidad la llevó a apoyar su rodilla en el costado del diván,a la altura de la cintura de Whis para pasar su brazo del otro lado de este y así poder inclinarse sobre él, para intentar oir lo que decía,pues de lo poco que lograba entender, gracias al movimiento de los labios,era que la llamaba. Acerco tanto su oído a aquellos labios que sintió el débil aliento de Whis,pero no oyó absolutamente nada. Iba a apartarse cuando él, la tomo por la cintura y en un movimiento que apenas si noto acabo debajo del ángel.

Su padre caminaba dormido,por lo que ella atribullo aquello a movimientos involuntarios nada más,incluso cuando el rostro del ángel se fue acercando al suyo la única preocupación que tomo, fue cubrir su boca con su mano para evitar algún accidente,pero su temor era infundado,el rostro de Whis fue a dar sobre su hombro y de frente a su cuello. Se quedó quieto entonces al igual que ella. Dada la posición en la que estaba podía intentar moverlo tomándolo de los costados o aún más sencillo podía despertarlo ¿por qué no lo hacía?

-¿que sucede después de que el caballero saca a la princesa de la torre?-le preguntaba ella a su nana,con la voz entre cortada.

-no lo sé...

-¿se enamoran?

-es posible o bien simplemente ella tenía que ser rescatada y él podía hacerlo...hay todo tipo de relaciónes en el mundo querida...

-¿entonces ellos no fueron felices?

-es posible que lo fueran a su forma y por sus motivos-le respondío la mujer.

Yume puso sus manos en la espalda del ángel y cerro los ojos para dormir.Una vez ella cayó en brazos de Morfeo, Whis abrió los ojos sonriendo con una expresión se travesura infantil,para luego acariciar esos labios con la punta se los dedos, ella se agito en sueños y susurro un nombre que pasmo al ángel

-Whis...-dijo.

Mi Sombra no tiene derecho a la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora